Casi 70 metros cuadrados divididos en cuatro salones, varios sillones de cuero, mesas altas, música de ambiente, la clientela se toma unas copas mientras charla, y otros, juegan a las cartas. Hasta ahí todo normal. Pero hay varias cosas que llaman la atención en este local madrileño: no hay barra, no hay camareros y los asistentes están fumando.
El 2 de enero de 2011 entró en vigor la Ley Antitabaco, que prohibía fumar en todos los establecimientos públicos cerrados y en algunos espacios abiertos. A partir de esa fecha, el único refugio para los que quisiesen echarse un cigarrillo serían los clubes privados de fumadores. Mientras bares, restaurantes, discotecas y casinos mostraban su disconformidad con ley más estricta de Europa, otros muchos se apresuraron a buscar la manera de ofrecerles a sus clientes lo que estaban buscando: no tener que salir a fumar a la calle.
Éste el caso de Paloma Carrasco, abogada y propietaria de la Taberna L’Obrador, un establecimiento situado en el barrio de La Latina inaugurado el 9 de diciembre de 2010, en plena crisis económica y apenas 24 días antes de la entrada en vigor de la Ley Antifumadores. Paloma decidió combatir estas dos circunstancias acogiéndose a la Disposición Adicional Novena de la Ley 42/2010 para montar su propio club de fumadores en la planta baja de su establecimiento.
A los clubes privados de fumadores, legalmente constituidos como tales, no les será de aplicación lo dispuesto en esta Ley, relativo a la prohibición de fumar, publicidad, promoción y patrocinio, siempre que se realice en el interior de su sede social, mientras en las mismas haya presencia única y exclusivamente de personas socias.
Pregunta (P): ¿Cómo surge la idea de crear un club de fumadores?
Respuesta (R): La Ley Antitabaco ha repercutido mucho en la hostelería. En el caso de los restaurantes, a los pocos días de su entrada en vigor, se empezó a notar que estaba desapareciendo la sobremesa. De toda la vida los clientes se han quedado tomando un café o una copa después de comer. Esto es una segunda fuente de ingresos importante para los locales y nosotros no queríamos perderla, por eso pensamos que crear un club de fumadores era la mejor opción.
P: ¿Qué pasos tuviste que dar para crearlo?
R: Para los temas legales, conté con la colaboración de un abogado especializado en el tema. Lo primero que hay que hacer es crear una asociación sin ánimo de lucro e inscribirla en la Comunidad de Madrid.
La asociación tiene como requisito indispensable ser socio. En ella no pueden entrar ni el personal de mi taberna, ni menores de edad y el espacio debe estar perfectamente acondicionado, con sus extractores de humo correspondientes.
P: ¿Cómo ha acogido tu clientela el club de fumadores?
R: Muy bien. Hay gente que no es fumadora y se ha hecho socia porque sus amigos lo son o hay gente que no viene a cenar y viene sólo al club. Además, nosotros no cobramos ninguna cuota de mantenimiento, el concepto es que la gente pida arriba lo que quiera y se lo baje al club.
P: ¿Cómo ha influido en las ventas de tu local?
R: Influye bastante porque tienes algo que te diferencia del resto. En Madrid se come bien en muchos sitios, pero no todos tienen un club de fumadores. He realizado una inversión muy fuerte en acondicionar el espacio y todavía ni la he amortizado ni puedo decir que la voy a amortizar.
P: ¿Por qué crees que otros locales no ofrecen esta opción?
R: Primero tienes que tener el espacio y luego, para acondicionarlo, tienes que asumir un coste que no todos los negocios pueden asumir. Hubo muchos hosteleros que invirtieron mucho dinero en su día para separar los locales en dos zonas: una libre de humos y otra para fumadores, y ese dinero no se les ha devuelto. En los tiempos que corren nadie se puede permitir perder dinero. Seguro que si no fuese por la mala situación de la economía española habría muchísimos más clubs.
P: ¿Qué circunstancias le llevan a una abogada a ponerse al frente de un establecimiento hostelero?
R: Porque vengo de familia de restauradores. A los 24 años monté mi propio despacho de abogados y lo tuve hasta que cumplí los 30. Pero a lo largo de mi vida he trabajado en algunos de los restaurantes de mi padre, y eso lo he tenido siempre dentro. Creo que por mi carácter, porque tengo espíritu emprendedor y porque me gusta muchísimo.
P: L’Obrador lleva abierto desde los años 80 y ha pasado ya por muchos dueños. ¿Qué le has aportado tú al local?
R: El cambio que le he dado ha sido muy importante. Ahora se llama Taberna L’Obrador, para darle un aire más español; he modificado prácticamente toda la carta, el anterior dueño era francés pero yo he querido inspirarme en la cocina mediterránea; he remodelado el interior del local y, por supuesto, le he añadido un club de fumadores.
P: La financiación, el principal problema de los emprendedores... ¿De donde obtuviste los recursos para realizar la primera inversión?
R: Tuve que buscar capital privado porque era la única opción. Es mentira todo eso de las ayudas a los emprendedores, no te ayuda nadie, y lo de acudir a un banco ya ni te lo plantees.
Muchas empresas se quedan en el camino por este problema. No todo el mundo es funcionario y no todo el mundo trabaja en una gran empresa. La economía española está formada por las pymes, y si nosotros no salimos adelante, el país tampoco lo hará.
P: ¿Cómo has afrontado la subida del IVA?, ¿lo has repercutido a tus clientes?
R: No, no hemos subido los precios porque creo que a tus clientes les tienes que dar confianza, demostrarles que tú también haces esfuerzos, por eso hemos querido asumir el IVA. No es fácil renunciar al margen, pero no nos queda otra. Ahora no es un momento para ganar dinero, es un momento para resistir.
P: Según el Colegio Oficial de Aparejadores de Madrid, la hostelería es el sector más solicitado en Madrid para abrir un negocio. ¿Hay ya suficientes locales?
R: Si, creo que hay suficientes. De hecho, creo que habrá una limpieza natural no tardando mucho. Se mantendrán los que lo hagan bien y no cobren demasiado.
P: ¿Qué consejos le darías a los emprendedores que estén estudiando introducirse en el sector hostelero?
R: Sonará muy duro lo que voy a decir, pero ahora mismo yo no montaría ningún negocio de este tipo, esperaría al menos un año. Este momento es terrible. Quien lo haga tiene que tener claro que tiene que estar en su negocio siempre, 12 ó 14 horas diarias, incluyendo los fines de semana, y no a todo el mundo le compensa ese sacrificio. Te tiene que gustar mucho tu trabajo.