José María Aznar cree que se puede y debe hacer más. De hecho, de sus palabras se deduce que el Gobierno todavía no ha metido mano en los "dos grandes problemas" que lastran al país y que, a su juicio, son el modelo de Estado y el actual sistema de bienestar. También se refirió a la rigurosa actualidad, el anuncio del Banco Central Europeo de poner en marcha un programa de deuda bajo estricta condicionalidad, para enfatizar que "no es una cuestión de palabras sino de hechos".
No es novedad que el expresidente tiene gran predicamento en los circuitos internacionales más selectos; de hecho, su agenda de conferencias es incluso superior a la de cualquier mandatario internacional. En esta ocasión ante el prestigioso Foro Ambrosetti, que se celebró como cada año en Cernobbio (Italia), Aznar no se anduvo por las ramas: "España necesita modernizar el país, más flexibilidad y más disciplina".
El líder de FAES no escondió sus miedos sobre el modelo autonómico. Aunque, qué duda cabe, vino a compartir la percepción mayoritaria -según Sigma Dos, el 81% de los españoles entienden que se ha ido "demasiado lejos" y es preciso "reorganizar su funcionamiento y competencias-. Para Aznar, es uno de los dos grandes lastres porque "no funciona y hay que reformar". Y para ahondar en su opinión tan solo hay que acudir al informe de su fundación sobre el tema, en el que pide controlar los denominados "miniestados" sin rehuir una posible devolución de competencias.
El segundo germen es, a su juicio, el estado de bienestar: "Es insostenible", afirmó ante un foro compuesto, entre otros, por los presidentes de la República de Italia, Giorgio Napolitano; y de Israel, Shimon Peres; el primer ministro transalpino, Mario Monti; o el responsable del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. El Ejecutivo tiene abiertas sendas reformas en el marco de Sanidad y Educación.
Pide al BCE pasar ya a la acción
En clave comunitaria, Aznar volvió a convertirse en el mejor embajador de Mariano Rajoy. Consideró, en línea con el discurso esgrimido habitualmente por el presidente, que el futuro de la Unión Europea pasa "por mayor flexibilidad y disciplina", y sacó a colación que se hace necesario crear "un Fondo de Garantía de Depósitos que garantice las mismas condiciones en todos los países miembros, porque si el euro vale diferente en cada uno de ellos no es sostenible".
Mientras el Gobierno sigue sin deshojar la margarita del rescate e insiste en que antes tiene que estudiar con detalle la letra pequeña del mismo para saber si conviene o no a España, Aznar se permitió ser más concreto: la decisión de Mario Draghi, dijo, es buena, pero puntualizó que hay que pasar a la acción. Tras el Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría anduvo con pies de plomo: "Cosas tan importantes deben analizar se con calma y prudencia y no se pueden tomar a bote pronto o de la noche a la mañana. Se analizará con rigor, detalle y sopesando todos y cada uno de los elementos", declaró.
Así, el Ejecutivo mantiene la incógnita e insiste en que no existe emergencia alguna para que se tengan que tomar decisiones precipitadas. Aún más, cuando el presidente decida se informará, pero no antes. Moncloa cree que los mercados están respondiendo, lo que le permite tener margen de maniobra para evitar unas condiciones severas y proteger, por ejemplo, las pensiones. Desde Italia, Aznar mandó un mensaje claro de apoyo a su país: "Es un país solvente, puede tener problemas de liquidez, pero es solvente".