El pasado mes de junio, en la reunión del Ecofin, comenzó a fraguarse. El Ejecutivo ya tiene elaborado un primer borrador para imponer una tasa sobre operaciones en bolsa a la banca. Así, cada vez que una entidad financiera compre acciones en bolsa, haga anulaciones y procedimientos de alta frecuencia o adquiera contratos de seguros frente a impago (los famosos CDS) tendrá que pagar una tasa especial. En Francia sucede algo parecido, una suerte de "Tasa Tobin" que entraría en vigor en 2013 y que ya está estudiando el sector, que ha sido llamado a consultas por el Gobierno.
Las ampliaciones de capital y las emisiones para entrar en bolsa quedarían exentas del nuevo impuesto. Por otro lado, las transacciones realizadas por los creadores de mercado, las efectuadas para la actividad de compensación o las que tienen lugar dentro de empresas del mismo grupo, tampoco tendrán que tributar.
En cualquier caso, mientras algunas fuentes de Hacienda insisten en que todavía no se ha tomado ninguna decisión, otras afirman que el Gobierno tenía intención de haberlo sacado este mismo viernes en el Consejo de Ministros. Una intención que tuvo que aplazarse, según cuenta elEconomista, porque "el memorando de entendimiento impuesto por Europa obliga a obtener el visto bueno de la troika en cualquier medida que afecte al sector financiero".
De momento, la banca ha dado la voz de alarma: "Podría fragmentar el sistema financiero", mientras Antonio Zoido, presidente de BME, señalaba que los estudios de simulación revelan que "no hay una disminución de la volatilidad en los mercados" y que, en cualquier caso, "su aplicación afectaría negativamente a los volúmenes de liquidez" al encarecer "el capital". Desde las instituciones europeas se calculó que de aplicarse una tasa del 0,1% homogéneo a todo el mercado europeo, España recaudaría unos 4.741 millones.