El presidente del Gobierno cree que la senda marcada, aún siendo muy difícil y pese a provocar cierto rechazo en las calles, es la correcta. Y, asegura, no piensa cambiar el rumbo. Se muestra "convencido" de que "cumplir con mi deber me va a llevar a ganar las elecciones". El primer plebiscito sobre las reformas emprendidas será, así lo ven desde su partido aunque se evite decir públicamente, el veintiuno de octubre, día de elecciones en Galicia: "Feijóo presenta un balance espectacular para los tiempos que corren", lo que le hace pensar en una nueva mayoría absoluta.
"Nos toca navegar con el viento en contra" pero "saldremos de esta con esfuerzo, perseverancia y fe en nosotros mismos", se presenta Mariano Rajoy. Concede su primera entrevista escrita a cuatro periódicos europeos: el español ABC, el italiano Corriere della Sera, el francés Le Journal du Dimanche y el alemán Bild am Sonntag. Manda un mensaje claro de que España va a cumplir con sus compromisos e intenta hacer caer "estereotipos que hay por ahí sobre lo que trabajan unos y lo que producen otros".
Aunque no hace anuncios reseñables, sí que avanza la hoja de ruta para el trimestre que da inicio. Afecta a las comunidades: "Uno, la unidad de mercado, que es capital. Y otro, la excesiva regulación por parte de los gobiernos autonómicos y también del Gobierno central", expone. Dice que el modelo regional será viable siempre y cuando "los gastos se adecúen a los ingresos". El plan de acción sigue siendo la tijera, pero no entra en la posibilidad de ceder competencias ni tampoco menta la reducción de la administración -este domingo, Libertad Digital vuelve a ofrecer datos clarificadores sobre el entramado, en este caso catalán-. "Tienen que hacer un gran esfuerzo", resume.
"No podemos dejar a las autonomías a su suerte, y por tanto también atenderemos a Cataluña, pero claro que tienen compromisos que asumir", argumenta. El sábado, en el inicio del curso político, llamó a la Generalidad a remar en la misma dirección que el Estado y a evitar declaraciones estridentes, habida cuenta de que el objetivo primordial es salir de la crisis.
Sobre las medidas emprendidas, asegura que "quien me ha impedido cumplir mi programa realidad es la realidad", pero que ha intentado ser lo más justo posible, a pesar de la subida de impuestos. "Estamos intentando ser justos y equitativos a la hora de repartir los esfuerzos", como por ejemplo en el caso de los pensionistas, a quienes "no han afectado los recortes", o los desempleados y necesitan de "subsidios".
No descarta el rescate
Mantiene la duda sobre si pedirá el denominado rescate blando: "Yo hago lo que creo que beneficia a los intereses generales del euro y los de España en cada momento concreto; y a partir de ahí tomaré mis decisiones". Una idea que esgrime con insistencia -es uno de sus mantras más habituales-. Otro pensamiento clave es que el euro es "irreversible" y que, para avanzar en este sentido, se tienen que cumplir los compromisos del último Consejo: unidad bancaria -"Debe haber un supervisor, un fondo de garantía de depósitos y un órgano para reestructurar entidades y separar riesgo soberano del bancario"- y fiscal -"no es fácil, pero estimo que puede haberla en 2018. Tampoco era fácil suprimir las monedas nacionales y se hizo"-.
Muchos frentes y vientos de un posible otoño caliente, alentado por los partidos de la oposición y los sindicatos. Sin embargo, Rajoy dice estar confiado, seguro, de la "responsabilidad" ciudadana: "En muchísima gente encuentro comprensión. Es evidente que hay otra gente a la que le cuesta más, y que hay gente, sobre todo partidos políticos, que siempre estarán a la contra de lo que haga un Gobierno como el mío. Pero creo que la sociedad española se está portando con responsabilidad y es consciente de la situación en la que estamos".