Prácticamente desde Jovellanos y sus investigaciones sobre los carbones asturianos, se sabe que el carbón español de todas las cuencas es más caro, incluso mucho más caro, que el importado.
Muchos más impuestos y escasos recortes constituyen una combinación explosiva que acaba deteriorando aún más la solvencia del país, lo cual se refleja en una prima de riesgo creciente.
Si no queremos pagar más impuestos es porque consideramos que nuestro dinero es nuestro. Pero si también queremos el Estado del Bienestar, entonces lo que queremos es que lo paguen otros.
El sobrecargo impositivo desincentiva la actividad económica y genera más economía sumergida porque los individuos obtienen por su esfuerzo menos de lo que deberían y de lo que merecen. Por eso, el Estado debe ser mínimo.