"Creo que es un error que se haya ido Rato, podía haberse quedado como presidente, pasando la gestión a otra persona". "A lo largo del primer semestre hemos sido testigos de un proceso de hundimiento de la confianza en España inimaginable en diciembre". "No ha habido una sola decisión de la Comisión Ejecutiva del Banco de España que se haya tomado sin unanimidad". "Ojalá a España le cueste sólo 60.000 millones el saneamiento del sector financiero". "Las cajas tienen que deshacer sus posiciones en entidades financieras".
Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha comenzado con fuerza, este martes, su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso que está encargada de analizar la evolución del sistema financiero español durante la crisis. La suya era, junto con la de Rodrigo Rato el jueves, la presencia más esperada. Y no ha decepcionado. De hecho, ya desde un principio ha dejado claro que no se limitaría a cumplir el expediente. Por eso, sus primeras palabras han sido para quienes, sin citar a nadie pero en clara referencia al Gobierno, han lanzado "una campaña en contra del Banco de España (BdE), intentando descalificar absolutamente la institución y sin aportar ningún fundamento".
En su opinión, lo más importante en la actual coyuntura es mantener la confianza. Por eso, ha pedido no "busca chivos expiatorios a los que endosar responsabilidades", en otra referencia clara a las críticas del Gobierno del PP a la institución: "Decir que tenemos un sistema financiero mejor del mundo a lo mejor es ridículo, pero no hace daño; mientras que decir que todo es desastre sí hace daño".
La defensa de su actuación
A partir de ahí, su intervención ha estado marcada por dos guías fundamentales. Primero, defender su actuación al frente del Banco de España entre 2006 y 2012. Y segundo, lanzar una serie de mensajes directamente dirigidos al mentón del actual Gobierno.
Como casi todo el mundo esperaba, la mayor parte del discurso que traía preparado el exgobernador a la Cámara Baja ha estado dedicada a explicar su actuación en el regulador financiero. En sus palabras no ha habido ni un ápice de autocrítica. En su opinión, "la supervisión del BdE ha cumplido bien su tarea en un período excepcional". En este sentido, ha defendido que fue gracias a la labor del organismo que dirigió que en España "el efecto directo de la crisis financiera internacional fue mínimo", debido a la "solidez de nuestra regulación y supervisión bancaria".
Junto a esta labor, ha apuntado a la importancia de "media docena de leyes" aprobadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (del que fue secretario de Estado entre 2004 y 2006), que consiguieron subsanar "las deficiencias e insuficiencias detectadas". Fernández Ordóñez ha destacado que todo esto se hizo con un "importante esfuerzo en la búsqueda de consenso que consiguió que todas estas normas contaran con el respaldo de los dos principales partidos del país".
El resultado, según sus palabras, alcanza una "dimensión histórica", con el paso de las cajas a bancos, la recapitalización del sistema, la creación de provisiones por el 12% del PIB y la mejora de la transparencia de nuestras entidades. Y todo ello, con el objetivo de seguir la estrategia del Gobierno de "buscar soluciones prioritariamente en el sector privado". Por eso, ante la dificultad de la misión, ha resaltado "la labor de los empleados del Banco de España" que han tenido que desarrollar una tarea "complicada y laboriosa".
Los dardos al Gobierno
Hasta aquí, las palabras de Fernández Ordóñez se ceñían al guión previsto: defensa de su organismo, de su labor al frente del mismo y del Gobierno socialista. Lo que causaba más curiosidad era lo que pudiera decir acerca del actual Ejecutivo del PP, con el que las relaciones, especialmente con el Ministerio de Economía, están rotas.
Pues bien, el exgobernador ha asegurado que no quería juzgar su labor "en una situación de fragilidad" como la que vivimos en estos momentos. "Ahora no es el momento" de cuestionar al Ejecutivo por una cuestión de responsabilidad, ha defendido. Sin embargo, aunque no se ha nombrado a Luis de Guindos o Mariano Rajoy, Fernández Ordóñez no ha podido evitar lanzar algunos dardos dirigidos a la yugular de Economía y Moncloa: "A lo largo del primer semestre de este año (hay que recordar que el Gobierno tomó posesión en diciembre de 2011) hemos sido testigos de un proceso de hundimiento de la confianza en España y en su sistema financiero llegando a niveles inimaginables hace siete meses".
Su análisis no ha podido ser más demoledor: "España, en diciembre pasado, estaba situada junto a Bélgica entre los dos países con mejor prima de riesgo de los seis que estaban bajo sospecha. Hoy está situada en el grupo de los tres peores con Grecia y Portugal. Ahora estamos no sólo peor que Italia, sino peor que la propia Irlanda, un país rescatado. En lo que va de año la Bolsa española ha caído más de un 20%, la italiana un 9 y la francesa ha aumentado un 3%. Y, en mi opinión, lo que es nuevo y más grave es la pérdida de confianza en nuestros mejores bancos, con desplomes de sus ratings y en sus cotizaciones en Bolsa, que a lo largo del semestre son las que más han caído entre los bancos europeos".
Bankia y las cajas
Respecto al aspecto más polémico, el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros, especialmente en lo que tiene que ver con Bankia, Fernández Ordóñez, también ha dejado algunas reflexiones polémicas, especialmente cuando ha respondido al diputado del PP Vicente Martínez-Pujalte.
Según ha asegurado, a sus colegas en Europa les "impresiona" el proceso de reestructuración que ha dicho que era imprescindible porque con los nuevos criterios de capital exigidos por la regulación internacional, "las cajas no estaban preparadas para estar en el mundo". Incluso, ha asegurado que "se ha hecho mucho, pero se tiene que hacer más. Las cajas tienen que deshacer sus inversiones en entidades financieras en unos años. Porque si hay alguien con intereses políticos, pues no funciona"
Respecto a Bankia, el exgobernador ha asegurado que lo único que no hizo el Banco de España fue "no oponerse a la salida a Bolsa". Según ha relatado, se estaba preparando el plan de recapitalización de Bankia, que se aprueba de forma condicional. Eso sí, pero lo más llamativo es que ha asegurado que en su opinión ha sido "un error que se haya ido Rato". En su opinión, no era necesario que hubiera dejado la entidad, donde se podía haber quedado como presidente, aun dejando a otro la gestión. Una posición puramente decorativa testimonial que no es seguro de que hubiera convencido al ex vicepresidente.