Los socios bávaros de la canciller Angela Merkel, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), apuntan a un regreso "suave" de Grecia al dracma. "El estado griego debería empezar a pagar la mitad de los sueldos de sus funcionarios, las jubilaciones y otros gastos en dracmas", apunta el secretario general de la CSU, Alexander Dobrindt, en declaraciones al dominical Welt am Sonntag.
En opinión del político, representante de la formación hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel, esta forma "suave" de regresar a la antigua moneda sería mucho mejor para Grecia "que un corte radical". Dobrindt estima que una fórmula de "moneda paralela" desatascaría el crecimiento, al tiempo que propone elaborar en paralelo una "hoja de ruta" para organizar la salida de Grecia de la zona del euro.
El secretario general de la CSU aboga además por trabajar en un concepto destinado a reducir el ámbito de la zona del euro, en lugar de estar reflexionando continuamente sobre "cuál va a ser el camino a seguir para el siguiente traspaso de competencias nacionales a Europa".
Las declaraciones procedentes de la CSU siguen a las expresadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, del Partido Liberal (FDP) -el tercer socio de la coalición de Merkel, junto a la CDU y la CSU-, rechazando frontalmente toda renegociación de los compromisos adquiridos por Grecia. Se percibe el deseo de Grecia de "negociarlo todo de nuevo y de cuestionar compromisos substanciales adquiridos", apunta el ministro, en declaraciones al sensacionalista Bild.
Westerwelle expresa a ese medio su rechazo total a una renegociación, ratifica que el deseo del Gobierno alemán de que Grecia siga en la zona del euro, pero apunta que "no aprobaremos" ningún cambio sustancial en los compromisos adquiridos por Atenas, a cuyo Gobierno aconseja "tomarse en serio" esas obligaciones.
Esta noche se le sumará, además, el ministro alemán de Economía. Según un adelanto de la entrevista que emitirá la ARD, Philipp Rössler cree que un abandono de Grecia de la zona euro "ya no es improbable" y añadió que tal posibilidad ha dejado ya de "causar espanto".
"Para mí, un abandono de Grecia del euro dejó hace tiempo de dar miedo", apunta el ministro y líder del Partido Liberal (FDP). Hay que esperar al informe de la troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- para conocer la situación, prosigue el ministro, para añadir que, personalmente, es "más que escéptico" sobre la posibilidad de que Atenas pueda cumplir los compromisos adquiridos.
"Si Grecia no puede cumplir los compromisos, no habrá más pagos", sostiene Rösler, lo que implicará que Grecia deberá declararse insolvente.