La prima de riesgo no da tregua. Ni las medidas de ajuste del Gobierno, ni el rescate a la banca, ni las promesas de Rajoy de hacer todo lo posible por alcanzar los objetivos presupuestarios. Nada es suficiente para convencer a los inversores internacionales de que confíen en el Estado español.
Este miércoles 18 de julio, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán alcanzaba los 576 puntos al cierre de los mercados. No es un récord absoluto, puesto que en junio, llegó a tocar los 588 puntos, pero sí es el nivel máximo en un cierre de jornada. Nunca antes, los mercados echaron la persiana con una cifra superior. Además, la culpa de esta situación es principalmente del bono hispano. La rentabilidad del bund caía este miércoles cuatro puntos básicos, hasta un irrisorio 1,20%, pero era la deuda española la que subía 17 puntos, hasta el 6,96%, rozando el nivel crítico del 7%.
El Ibex, tranquilo
Mientras, la Bolsa se mantenía ajena a las turbulencias de los mercados de deuda y el Ibex subía un 0,5% y se quedaba a las puertas de los 6.600 puntos, con 6.591 puntos. Bankia ha liderado el selectivo madrileño, con un rebote superior al 14%; mientras, Red Eléctrica se quedaba con el farolillo rojo, tras ceder un 2,84%. Todos los grandes valores cerraron este miércoles en positivo: Repsol subió un 1,41%, Inditex un 0,83%, Telefónica un 0,70%, BBVA un 0,26 y Santander un 0,02%.
En Europa, los números verdes también predominaban. De esta manera, París ganaba un 1,84%, Fráncfort un 1,62%, Londres un 1,01% y Milán un 0,43%. En el mercado continuo, tras Bankia, Urbas ha sido la que más se ha revalorizado, el 8,33%, en tanto que Adolfo Domínguez ha destacado al bajar el 11,05%. En una sesión en que el euro se mantiene en 1,22 dólares, la Bolsa española ha negociado más de 2.019 millones de euros.
¿Qué pasa con la prima?
La escalada de la prima de riesgo de esta semana ha cogido por sorpresa al Gobierno. Tras las medidas de ajuste aprobadas la semana pasada (56.000 millones de ahora a finales de 2014) y con el buen resultado de la subasta del Tesoro del martes, quien más quien menos, todos esperaban en Moncloa un cierto alivio de los mercados que no ha llegado.
Lo cierto es que resulta en cierto sentido extraño que se sucedan dos jornadas tan diferentes en el mercado primario y en el secundario. Cierto es que lo que el martes colocaba el Tesoro era deuda a corto plazo (letras a 12 y 18 meses), mientras que lo que marca la prima son bonos a diez años, pero en cualquier caso, no deja de ser sorprendente que en el primer caso caiga la rentabilidad exigida al Estado español, mientras que en el mercado secundario se exige cada vez más dinero por quedarse con la deuda hispana.
Este mes de julio está siendo nefasto para los bonos españoles. El día 3, la prima de riesgo cerraba en 471 puntos. Desde entonces, el nivel fue subiendo hasta que el día 9 tocaba los 575 puntos. Luego se tomó un ligero respiro, tras las medidas de ajuste que el Gobierno presentó el miércoles 11. Pero fue sólo un espejismo y en las últimas jornadas ha vuelto la escalada, hasta esos 576 puntos de su último cierre.
En esta evolución de la prima de riesgo han influido tanto el mal comportamiento de la deuda española como el abaratamiento de la alemana. El bono hispano a 10 años acabó junio en el 6,35% de rentabilidad, aunque subió al 7,07% el fatídico día nueve. En estos momentos, su cotización es del 6,96%. Mientras tanto, el bund comenzó julio en el 1,58% y desde entonces ha estado cayendo de forma constante (está actuando como valor refugio para muchos inversores) hasta el 1,20% actual. El resultado es que entre los 61 puntos que ha subido la deuda española y los 38 que ha caído la germana, el diferencial (la maldita prima de riesgo de la que tanto se habla últimamente) ya está cerca de los 600 puntos. ¿Hasta dónde seremos capaces de aguantar?