Desde que Cristóbal Montoro anunció esta tarde que los funcionarios que menos cobren no se verán afectados por la supresión de la paga extra, han comenzado a surgir las preguntas. El ministro de Hacienda ha dado pocas explicaciones y se ha ceñido al manido discurso oficial que dice que los que más ganen serán los que tienen que hacer los mayores esfuerzos.
Lo que ocurre es que no todo es tan sencillo. Si lo que pone el BOE es cierto, podríamos estar ante un caso de manual de agravios comparativos entre unos funcionarios y otros. El texto oficial establece que no se verán afectados por la supresión de la paga extra aquellos que cobren "1,5 veces el salario mínimo interprofesional". Esto afecta a los que ganan hasta 962 euros al mes y 13.469 euros en cómputo anual, excluyendo los incentivos al rendimiento. Serán entre 10.000 y 15.000 funcionarios, entre todas las administraciones, un 0,5% del total.
Hasta aquí, todo parece correcto. Los que no lleguen a esa cantidad estarán felices en estos momentos, porque podrán cobrar su querida paga extra. Pero, ¿qué pasa con los que cobran un poco más? Según el BOE, no hay tramos, ni escalas, ni una aplicación proporcional de la medida: es negro o blanco. Si ganas menos de 962 euros de sueldo base, cobras; si ganas más, no cobras.
- Imaginemos el caso de un funcionario que gane 970 euros al mes. En comparación con su compañero que cobra 962 euros, su sueldo es 112 euros al año superior (8 euros * 14 pagas = 112 euros). Si ahora a éste le pagan en diciembre 962 euros y a aquél no le pagan nada, el que más gana saldrá perdiendo. De hecho, podría serle rentable pedir que le bajen el sueldo en lo que queda de año.
- Otra cuestión a destacar es que esta medida se aplica sobre el sueldo base bruto, sin contar complementos por incentivos al rendimiento. De esta manera, podría darse el caso de que alguien que gane 750 de sueldo base y 750 de incentivos (1.500 en total) no pierda la paga extra; mientras que otro compañero que sólo cobre 1.000 euros de sueldo base, se quede sin ella.
- En el siguiente cuadro, pueden verse algunos ejemplos que demuestran que la medida anunciada este martes puede ser muy injusta para algunos trabajadores públicos.
La lógica de lo anunciado por Montoro queda así muy en entredicho. Como el Gobierno asegura que lo que ahora se ahorre por la paga extra se devolverá en 2015 en forma de pago para el plan de pensiones, es posible que no pensara en el agravio, pero a los funcionarios que estén alrededor de 1.000 euros les va a sentar muy mal la noticia. Lo normal habría sido poner una escala o una aplicación progresiva, pero nada de esto está en la norma aprobada. Todo aquel que tenga un sueldo base inferior a 1.031 euros y superior a 962 saldrá perdiendo.
Por otro lado, existe otra cuestión de la que se habla menos pero que no deja de ser significativa. En los últimos años, tanto con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como con el de Mariano Rajoy, todas las medidas de ajuste han tenido como excepción a los que ganan menos de un determinado colectivo (parados, pensionistas, funcionarios, etc...). De esta manera, cuando se congelaron las pensiones, se excluyó a los de las mínimas y no contributivas. El problema es que esto lanza un mensaje muy peligroso. Sería algo así como: "Si eres pensionista y has trabajado y cotizado, te penalizaré. Si eres funcionario y has aprobado una oposición de nivel un poco más elevado que el mínimo, te penalizaré. Si no cotizas o te quedas en el nivel mínimo, no te afectarán las medidas de ajuste".