Ya está aquí el verano, y a pesar de la crisis, millones de personas disfrutarán de un merecido descanso, y muchas de ellas en el extranjero. En estos años hemos cambiado en parte nuestros hábitos, hemos pasado de los viajes más largos por otros más cortos y muchos de ellos al extranjero. Así, por ejemplo, en 2011 se incrementaron en un 60% los traslados a otros países.
Con el euro en gran parte de los países de nuestro entorno y la extensión prácticamente universal del pago con tarjeta, ya son pocos los que pasan por el banco para cambiar moneda. Las tarjetas son prácticas y cómodas, pero si su pérdida o robo causan problemas en España, imagínense lo que pasa si ocurre lejos de nuestra casa. Por ello, les recomendamos unos consejos para ayudarles a evitar riesgos y nos ayuden a que no nos amarguen nuestras vacaciones:
- No acumular tarjetas: tener una tarjeta de reserva por pérdida o deterioro no es mala idea, pero nunca la lleves junto a tu tarjeta principal, ya que en caso de robo el resultado sería el mismo desastre multiplicado por dos. Las cajas fuertes de los hoteles o un lugar seguro es el mejor emplazamiento para guardar este "seguro" de vacaciones. Es interesante tener una tarjeta de nuestro banco habitual y otra adicional; la tarjeta Citi Oro de Citibank nos permite tener esta bala en la recámara sin necesidad de cambiar de banco.
- Llevar tarjetas con límites pequeños: muchas nos permiten ir recargando saldo desde nuestra aplicación de banca por Internet. Menos límite, menos riesgo.
- El mejor uso, en compras: en primer lugar, económicamente. Sacar dinero en un cajero en el extranjero es la operación más cara tipificada en las tarifas de cualquier banco, especialmente si se hace fuera de los países de la zona euro. En estos casos la comisión llega e incluso supera el 4% de la cantidad dispuesta. Por el contrario, al comprar nos cargarán el importe según el tipo de cambio del momento, más barato incluso si hacemos un cambio de moneda en cualquier casa de cambio (que obtienen su beneficio en tipos más altos). Pero ojo, algunas tarjetas, no muchas, sí cobran una pequeña comisión por compras en el extranjero si la divisa es distinta al euro; usar un comparador de tarjetas y revisar las características es muy útil para seleccionar la que menos comisiones de este tipo tienen.
- No perder nunca de vista la tarjeta a la hora de pagar: aunque los sistemas de chip y pin, o los TPV móviles que nos llevan a nuestra mesa de restaurante es cada vez más común, uno de los fraudes más comunes es el de escanear nuestra tarjeta. Por ello, no debemos perder el control de nuestro plástico y que no salga de nuestra vista para evitar el uso de escáneres de mano muy habituales en restaurantes.
- Tener activado un sistema de alerta: recibir un SMS es más que útil. Así aunque tengamos el máximo cuidado con nuestra tarjeta si es finalmente es robada o copiada, un mensaje a tiempo nos ayuda a bloquear la tarjeta lo antes posible. La Tarjeta Oro de Obsidiana, por ejemplo, tiene este servicio de serie.
- Llevar siempre a mano el teléfono de atención de nuestra tarjeta de crédito: Para poder notificar cualquier incidencia, lo normal es que sea un teléfono distinto al de atención al cliente en España.
- Revisar los seguros de viaje que incorporan algunas tarjetas. Importante aprovechar los seguros gratuitos que muchas de las tarjetas de crédito incluyen, como la Tarjeta Gold de American Express, por ejemplo.
Todas estas sencillas recomendaciones pueden ayudarnos a que nuestras vacaciones sean lo más placenteras posibles y sin sobresaltos. No descuidemos la seguridad de nuestro dinero en los viajes de ocio; que una tarjeta no nos arruine los pocos momentos de descanso que tenemos con la familia.
Pinche en la imagen para acceder a las mejores tarjetas del mercado