Aunque los temores por la externalización (outsourcing) continúan proporcionando titulares, la realidad muestra que no existe un "enorme efecto de succión" resultante de los dólares que están huyendo de Estados Unidos para ser invertidos en otros países. La externalización ocurre cuando las empresas cierran sus instalaciones en Estados Unidos e invierten en nuevas operaciones en otros países. Hay quien cree que la capacidad de la gente para invertir en cualquier lugar del mundo es perjudicial para Estados Unidos, ya que los empleos se mandarán a países con bajos salarios.
En realidad, lo cierto es lo contrario. Estados Unidos se beneficia de la externalización pues los inversores de todo el mundo envían sus dólares hacia Estados Unidos, creando aquí millones de empleos.
La Oficina de Análisis Económicos de Estados Unidos (BEA) acaba de anunciar que el valor total de la inversión extranjera en Estados Unidos sobrepasa el valor de las inversiones de Estados Unidos en otros países en más de $4 billones. Sólo en 2011, la inversión extranjera nueva en Estados Unidos sobrepasó a la inversión de Estados Unidos en otros países en $556,300 millones.
Sin embargo, la noticia no era del todo buena. Los datos de la BEA mostraron que el excesivo gasto federal y el resultante déficit presupuestario continúan siendo un problema. En 2011, los inversores extranjeros gastaron más de $400,000 millones en valores del Tesoro de Estados Unidos. Esto es otro modo de decir que el gobierno pidió prestados más de $400,000 millones a los inversores extranjeros. Esos dólares se podrían haber invertido de otra manera en el sector privado de la economía americana o se podrían haber gastado en exportaciones de Estados Unidos.
Los americanos no deberían estar inquietos por la externalización, puesto que hay muchos más dólares que están siendo invertidos en Estados Unidos que viceversa. Sin embargo, los americanos deberían estar inquietos por el excesivo gasto federal. El gasto deficitario motiva a nuestros socios comerciales a comprar valores del Tesoro de Estados Unidos para financiar el déficit presupuestario de nuestro gobierno, en lugar de comprar exportaciones de Estados Unidos o de invertir en nuestro sector privado.