El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha negado este miércoles que la administración central del Estado esté a punto de superar el déficit máximo permitido para este año (3,5%), argumentando que en los datos avanzados por su departamento no están computadas ni las transferencias a las comunidades autónomas ni las devoluciones de IVA.
En declaraciones a los medios en un receso en el Pleno del Congreso, y entre risas, Montoro ha criticado a la prensa por publicar que las cifras de ejecución presupuestaria hechas públicas el martes recogen un déficit público del 3,41% del PIB hasta mayo, apenas una décima por debajo del objetivo anual: "No es así, no faltan unas décimas. Comprendo que no se puede permitir que la realidad estropee un buen titular, pero esas cifras cambiarán porque ésas no son las cuentas. No es correcto".
Así, ha explicado que faltan por computar tanto las transferencias a las comunidades autónomas, que este año se han adelantado, como los efectos de la "política tributaria" del Gobierno, que en un intento por evitar el "limbo" de otros ejercicios, está "acelerando la devolución del IVA" a los empresarios con derecho a ello para que "no pasen tiempo sin ese dinero". "Eso no ocurría en otras campañas", ha reiterado.
Un problema de interpretación
En realidad, todo esto es una cuestión de interpretación. Como explicábamos este martes, depende de si se toman los datos de Contabilidad Nacional o se aceptan los datos en "términos homogéneos"
- Según Contabilidad Nacional (como se ha hecho habitualmente), el déficit de la Administración Central del Estado de enero a mayo ha ascendido al 3,41%, a una décima del límite que tiene para todo 2012.
- En términos homogéneos, que es el dato que prefiere Montoro, el déficit del Gobierno es del 2,38% del PIB. En este caso, le quedaría un 1,12% del PIB (unos 14.000 millones de euros) de margen para los siete próximos meses.
Vistas estas dos cifras, lo que queda claro es que no hay ningún margen para el conformismo. En 2011, el déficit en términos homogéneos fue del 2,56% hasta mayo, por lo que la reducción en los cinco primeros meses del año ha sido sólo de 0,18%. Además, si el déficit es del 2,38% en mayo de 2012 y el objetivo para el Gobierno para todo el año es del 3,5% del PIB, es evidente también que, incluso cogiendo esta cifra, las cosas no van nada bien. La Administración Central se ha comido hasta mayo más del 60% del déficit de todo el ejercicio. Nada de esto lo ha explicado Montoro, aunque no se ha recatado en sus críticas a la prensa por su alarmismo.
Compromiso inexcusable
Eso sí, el ministro ha reiterado el "compromiso inexcusable" del Gobierno con los objetivos de estabilidad presupuestaria acordados con la Unión Europea, que "no abren la puerta sólo a la integración política, sino a acabar con la crisis".
En este sentido, ha defendido las medidas de "saneamiento" financiero y de las cuentas públicas que está implementando el Ejecutivo, y ha enmarcado las previsiones de caída del PIB en la "recesión" que atraviesa toda Europa por la "restricción del crédito bancario".