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Rajoy recupera su discurso reformista aunque no avanza ninguna medida

El presidente reclama una "respuesta contundente"de la UE "la crítica situación" económica. Como contrapartida, anuncia más reformas.

Mariano Rajoy intentó retomar la iniciativa en un lunes nuevamente complicado en los mercados, con la Bolsa en caída libre y la prima de riesgo, sin dar tregua, por encima de los 500 puntos. En ese escenario, con el plus de arrancar una semana clave para el futuro del euro, el presidente del Gobierno recuperó su discurso más reformista, aunque no dio detalle alguno sobre qué medidas pondrá encima de la mesa del Consejo de Ministros en fechas próximas.

"Habrá nuevas medidas económicas, por difíciles que sean, que no tendrán más objeto que crecer y crear empleo", pronunció ante la CEOE, reunida en Asamblea General, que básicamente le instó a que se ponga las pilas tras varias semanas sin anuncios relevantes en lo económico. Lo primero que vendrá, según el propio presidente, será la reforma de la administración pública, a la que da prioridad absoluta.

En opinión de Rajoy, adelgazar la maraña pública afectará a todos los niveles -estatal, autonómico y local- y supondrá el mayor hito de su programa reformista. Para conseguirlo, busca el máximo de consensos. De ahí que el grupo de trabajo diseñado a tal efecto esté colaborando con el PSOE. Según dijo en conversación informal con periodistas hace poco más de dos semanas, el plan será desbrozado en varias partes, aunque la primera de ellas será dada a conocer antes de que concluya el mes de julio. Además, aseguran fuentes gubernamentales, están muy avanzados otros proyectos como la reforma del sistema energético o el dossier de eliminación de empresas públicas.

¿Subida del IVA?

Pero, sin duda, de lo que más se habla de puertas para adentro es de una hipotética subida del IVA, que no pocas voces ven inminente. Oficialmente, tal posibilidad está encima de la mesa en tanto en cuanto es una recomendación a viva voz de organismos como el FMI o la Unión Europea. Aquí se produce el choque de trenes habitual entre Economía -favorable a la subida ya- y Hacienda -que se resiste y apuesta por otras fórmulas-. Entretanto, se extiende la teoría de que Rajoy espera al momento idóneo, una vez ya ha tomado la decisión de elevar el tributo. Algunos creen que se ejecutará en agosto, en pleno periodo estival, para tener así recaudación inmediata en el inicio del curso político.

La hoja de ruta del FMI va más allá, e incluye una bajada del sueldo de los funcionarios. Este extremo tampoco se descarta, pero hay sectores oficiales que lo observan aún con más reservas, puesto que podría suponer una movilización en las calles que diera problemas al presidente.

Sin embargo, palabras no son hechos y los mercados volvieron a castigar a España en el sprint final de cara al Consejo Europeo, que arranca este jueves. Ante la CEOE, Rajoy reiteró el que ha sido su abecedario comunitario y que pasa por un mensaje claro y contundente sobre la irreversibilidad del euro. En este sentido, cree que lo conseguido en Roma -con la fotografía de los cuatro grandes aunando sus voces- fue trascendental.

"Debemos ser capaces de dar una respuesta contundente a la crítica situación de Europa. Esta respuesta debe ser una señal fuerte de la irreversibilidad de la moneda única", fueron sus palabras ante el tejido empresarial español, muy preocupado. De hecho, tanto Rosell en su discurso como varios de los más destacados miembros de la patronal a micrófono cerrado insistieron en que el Gobierno tiene que emprender las reformas necesarias y tantas veces anunciadas.

Calendario

A corto plazo, en lo que tiene que ver con la UE, el jefe del Gobierno quiere un calendario sobre integración fiscal y unión bancaria; sobre ello versará su puesta de escena en Bruselas, confirmaron fuentes oficiales. De hecho, calcará prácticamente su exposición en Los Cabos para el G-20 o en la cumbre del crecimiento de la capital italiana.

Para el presidente, tan importantes son las reformas en casa como en el conjunto de la unión, y en línea reclamó estabilidad fiscal "para evitar presiones sobre la moneda" y mercados flexibles "para crear los mecanismos de ajuste interno de los que hoy carece la Unión". Todo ello, remachó, bajo supervisión y la creación de una autoridad fiscal europea que "coordine" las políticas de todo, marque la orientación de los presupuestos y controle la ejecución presupuestaria.

Para rematar este proceso -del que no dio plazos porque, se insiste en Moncloa, lo relevante ahora este tener una hoja de ruta-, Rajoy abogó por una agencia europea de deuda con emisiones conjuntas. El problema es que todo esto se antoja que tendrá resultados a muy largo plazo. No parece sencillo, conociendo los procedimientos comunitarios, que nada de esto se apruebe pronto (de hecho, sería una sorpresa tener algo en los próximos años) y la situación económica española está necesitada de un rápido revulsivo.

Sobre la unión bancaria, el presidente tampoco viró su discurso y permitió, como dijo ante las grandes potencias del mundo, "romper el vínculo entre bancos y deudas soberanas". E insistió en que existen ya herramientas para conseguirlo, como un supervisor, un fondo de garantías de depósitos, un fondo de reestructuración y liquidación de entidades y reglas de actuación generales.

La moneda única, dijo, "es irreversible y debemos precisar la forma de avanzar gradualmente hacia esta integración. Por ello, es necesario establecer un calendario con fases concretas y preestablecidas y criterios de cualificación para superar esas fases".

El rescate de la banca

Había expectación sobre qué términos usaba para explicar la línea de crédito a la banca, cuya petición formalizó este lunes el Gobierno. Rajoy se mostró aparentemente satisfecho, en un clima de seriedad generalizada, y valoró que, en un escenario "altamente improbable", las entidades enfermas no necesitarían más de 62.000 millones, que entra dentro de los límites del rescate propuesto por la UE, bajo control del FROB.

"El acuerdo alcanzado por el Eurogrupo es un paso esencial para reactivar el crédito y es una clara muestra del compromiso de la zona euro con la moneda única y con la integración europea", expuso. Y, en este sentido, se reafirmó en que España cumplirá sí o sí, aunque las olas azoten con virulencia. Los contactos con los diferentes países de la unión están siendo constantes e intensos para alcanzar acuerdos en Bruselas, y que no sea un Consejo más que pudiera dar un mensaje erróneo en los mercados.

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