En un primer momento, el Gobierno insistió en que el rescate público de Bankia, cuyo coste asciende a un total de 23.500 millones de euros -según la propia entidad-, no tendría ningún efecto sobre el déficit público, si bien aumentaría en todo caso la deuda pública. El Ministerio de Economía argumentaba entonces que el impacto de la nacionalización sería nulo, ya que el objetivo del Gobierno es vender la entidad en el futuro, una vez saneada, de forma que tan sólo se contabilizarían como déficit las pérdidas asociadas a la operación. Es decir, si el Estado vende su participación en Bankia dentro de unos años por 15.000 millones, por ejemplo, los 8.500 restantes computarían como déficit (pérdidas).
Pese a ello, Eurostat y el propio BCE tumbaron poco después esta explicación oficial, tal y como avanzó Libre Mercado. La razón estriba en que la normativa comunitaria es muy clara a este respecto:
1. Los préstamos no cobrados son déficit:
Los préstamos se registran como operaciones financieras, siempre y cuando la entidad tenga una obligación contractual de pagar intereses y rembolsar el préstamo. Si existe evidencia documentada de que el reembolso (total o parcial) de los préstamos es muy improbable, se registrará una transferencia de capital de las Administraciones Públicas.
La regla general establece que toda "transferencia de capital" a un banco ha de contabilizarse como déficit. En principio, éste sería el caso del préstamo concedido por el FROB en 2010 (4.465 millones de euros) ya que, finalmente, no ha sido cobrado por el Estado sino transformado en acciones ordinarias.
De este modo, esta cuantía, equivalente al 0,4% del PIB, podría ser imputada al déficit. Cabe recordar que el descuadre fiscal ascendió al 8,9% del PIB en 2011 y Bruselas exige, por el momento, reducirlo hasta el 5,3% este año y al 3% el próximo, de modo que el Gobierno tendrá que aplicar nuevos recortes de gasto o subidas de impuestos para contrarrestar este impacto.
2. La inyección de dinero para cubrir pérdidas es déficit:
Igualmente, "el impacto en el déficit depende de si la inyección se considera o no como gasto del Gobierno. Será gasto público (con impacto en déficit) cuando el Gobierno no esté actuando como un inversor privado en la búsqueda de una tasa de rentabilidad de mercado, y sí de facto para cubrir las pérdidas del banco". Es decir, cuando las inyecciones sirvan "para cubrir pérdidas bancarias o haya evidencia de que el Gobierno no logrará una tasa de retorno suficiente, impactarán en el déficit público", advertían desde Eurostat. De este modo, la oficina comunitaria señalaba que parte de los 19.000 millones extra que precisa Bankia también se podrían contabilizar como déficit.
El impacto del rescate europeo
Por otro lado, al igual que aconteció con Bankia, el Gobierno también afirmó en un primer momento que el rescate europeo para la banca española, hasta un importe máximo de 100.000 millones de euros, no tendría impacto alguno sobre el déficit. Una vez más, las autoridades comunitarias han desmentido al Ejecutivo, tal y como avanzó Libre Mercado. El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tuvo que admitir este miércoles que la ayuda, en todo caso, se contabilizará como deuda pública (hasta 10 puntos porcentuales extra), mientras que los intereses del crédito -posiblemente del 3% y, por tanto, unos 3.000 millones al año- computarán como déficit.
Pero hay más. Y es que, al igual que sucede en el caso de Bankia, el capital público que se inyecte para cubrir agujeros bancarios computarán como déficit. Así, Eurostat, en una nota remitida la semana pasada sobre el rescate bancario español, advertía lo siguiente:
Aún es demasiado pronto para dar una respuesta precisa acerca del impacto que tendrá la recapitalización bancaria en el déficit público español que, de acuerdo con la información disponible, adoptará la forma de inyección de capital. A modo de regla general, el impacto en el déficit depende de si las inyecciones de capital son o no consideradas como gasto público [...] Una inyección de capital es considerada como gasto público, con impacto en el déficit, cuando de facto sirve para cubrir pérdidas bancarias. Al igual que ha sucedido con otros estados miembros, Eurostat analizará, con las autoridades estadísticas españolas, las recapitalizaciones caso por caso tan pronto como los detalles sean conocidos.
Es decir, el rescate bancario europeo será analizado en detalle, y el dinero que el Frob inyecte en los bancos para cubrir pérdidas será, en principio, contabilizado como déficit. En este sentido, el caso español es similar al irlandés. Dublín solicitó el rescate europeo tras la quiebra de su banca, y una parte sustancial del dinero se destinó a tapar agujeros de entidades insolventes. ¿Resultado? El déficit irlandés se disparó hasta superar el 30% del PIB de un año para otro. Dependiendo de la cuantía que solicite finalmente España, el rescate de la banca amenaza, en todo caso, con elevar el déficit por encima del 10% del PIB. Eurostat, no Moncloa, tendrá la última palabra en este ámbito.