El céntimo verde ya está en marcha y la subida de impuestos afectará de forma directa tanto a los consumidores como a las estaciones de servicio. La justificación es acabar con el déficit de tarifa en 2013, y para ello el Gobierno ha puesto en su punto de mira a los carburantes. Las cifras ya han salido a la luz: 5,3 céntimos de euro por litro de gasóleo (un 2,3% sobre el precio actual) y 4,6 céntimos de euro por litro de gasolina (elevando un 2,9% el coste), según informa el diario el Economista.
Si a esto se le suma el aumento de los impuestos especiales de la gasolina y del gasóleo en junio de 2009 (2,9 céntimos) y el aumento del tipo de IVA del 16% al 18%, no es difícil entender por qué las petroleras llevan varios días rechazando públicamente esta posibilidad. En concreto, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) asegura que el establecimiento de un céntimo verde a los carburantes para financiar las energías renovables "carece de rigor".
Pero el Ministerio de Industria también está barajando subidas impositivas sobre el gas natural, que sería gravado con 3,6 céntimos por kilovatio/hora a través de la tarifa eléctrica, lo que supondrá un incremento del recibo. Por su parte, el Ejecutivo también trabaja en otra tasa: la de la producción eléctrica, que gravaría cualquier tipo de producción. En este caso su coste también podría ser trasladado por las empresas al precio final de la energía, salvo la nuclear, la hidráulica y cierta renovable.
El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, confirmó la semana pasada que el Gobierno ultima una nueva reforma eléctrica que incluye una subida de impuestos sobre la electricidad para atajar el déficit de tarifa, pero no dio más datos al respecto.