Si la austeridad pública brilla por su ausencia en Europa, tal y como avanzó Libre Mercado, esta falta de contención en el gasto por parte de las administraciones publicas españolas es, si cabe, mucho más paradigmático, tal y como muestra el último boletín del Observatorio de Coyuntura Económica (OCE) del Instituto Juan de Mariana.
El estudio, bajo el título Del epejismo de los estímulos a la falsa austeridad pública: la política fiscal ante la Gran Recesión, entra en el debate actual sobre austeridad y crecimiento analizando las políticas presupuestarias aplicadas en EEUU, España y Alemania desde el estallido de la crisis en 2008. No en vano, estos tres países han seguido estrategias fiscales muy diferentes, obteniendo también resultados distintos para combatir la recesión. Así, EEUU y España optaron por políticas decididamente expansivas en el gasto hasta 2010, mientras que Alemania puso un mayor énfasis en la austeridad pública, si bien no pudo evitar que su déficit superase el límite máximo del 3% del PIB que marca la UE.
Dado el renovado debate sobre si mantener la austeridad o apostar por nuevos planes de estímulo (gasto público), el OCE concluye que la contención presupuestaria "no sólo no es un impedimento para el crecimiento, sino que retomar las políticas de expansión del gasto sería del todo contraproducente para generar una recuperación rápida, estable y duradera". Lo más relevante del informe radica en observar que la tan manida austeridad es, a día de hoy, un mito en el caso de España, tal y como reflejan los siguientes datos.
1. Uno de los mayores planes de estímulo del mundo
Entre 2008 y 2009, la mayor parte de los gobiernos de los países desarrollados, con EEUU y España a la cabeza, implementaron significativos planes de estímulo fiscal, aumentando el gasto público con el fin de impulsar el crecimiento económico.
Así, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero implementó en 2008 y 2009 el denominado Plan E. Su coste ascendió al 1,9% del PIB en 2008 y al 2,3% en 2009, el más elevado de la UE y uno de los más significativos entre los países de la OCDE. De hecho, el plan de estímulo aplicado por España tan sólo es comprable al de EEUU, Arabia Saudí y China a nivel mundial.
A ello hay que sumar, además, el efecto de los estabilizadores automáticos -en recesión, el gasto estructural sube (prestaciones por desempleo) y la recaudación fiscal baja-, que en el caso de España supuso un impacto adicional del 4,9% del PIB en las cuentas públicas de 2009 (53.000 millones de euros), frente al 3,3% en la UE-27.
Por otro lado, aunque la consolidación fiscal comenzó en 2010, el informe señala que en países como España "difícilmente puede hablarse de austeridad cuando los descuadres presupuestarios continúan siendo de gran magnitud, con un déficit público del 8,9% del PIB en 2011".
2. El mayor descuadre fiscal de la historia
El aumento del gasto público bajo la excusa de estimular el crecimiento, sumado al efecto de los estabilizadores automáticos y el desplome de los ingresos desembocaron en un gran déficit público.
Desde 2007 hasta 2009, España y EEUU deterioraron su saldo público en 13,1 y 10,3 puntos porcentuales del PIB, respectivamente. Mientras, Alemania sólo lo hizo en 3,4 puntos. Desde entonces, la consolidación fiscal apenas ha conseguido mejorar este descuadre en 2,3 puntos porcentuales en el caso de España y 3,5 en el de EEUU. Como resultado, ambos países cerraron 2011 con un déficit público muy abultado.
El descuadre fiscal de España registró la siguiente evolución: mientras que el conjunto de las administraciones públicas gastó en 2007 un 3,5% menos de lo que ingresó (superávit), en 2008 gastó un 8,7% más de lo que ingresó; la situación empeoró considerablemente en 2009, ya que gastó un 22% más de lo que se ingresó; en 2010 este desequilibrio se redujo al 18%; y, pese a la "tan cacareada austeridad fiscal", este agujero apenas se redujo hasta el 16,8% en 2011 (déficit de 91.000 millones de euros, 8,9% del PIB).
3. La deuda pública se ha duplicado
Como resultado de estos abultados déficits, la deuda pública de España en 2011 es un 90% superior a la de 2007; en EEUU ha aumentado un 50% en el mismo período; mientras que en EEUU tan sólo ha crecido un 25%. Es decir, en términos de crecimiento de la deuda pública, "España es líder indiscutible".
4. El sector público gasta un 13% más que en 2007
Por otro lado, un indicador relevante para observar la existencia o no de austeridad radica en la evolución del gasto público. Desde 2007 a 2011, el gasto público en España ha crecido en 4,4 puntos porcentuales del PIB, el doble que en Alemania (2,1 puntos). Así, "pese a la percepción mayoritaria de grandes recortes y austeridad fiscal, las Administraciones Públicas españolas gastaron en 2011 un 13% más que en 2007.
5. El gasto público se duplica desde el año 2000
Por último, si se amplía la perspectiva temporal, el gasto de todas las Administraciones Públicas españolas en 2011 fue casi dos veces superior que el del año 2000. O dicho de otro modo, el gasto público duplica hoy al efectuado en el año 2000.
Los efectos keynesianos
Estas políticas expansivas en España y EEUU han generado importantes problemas, según concluye el OCE:
- En España, los planes de estímulo de la demanda por la vía de la política fiscal no consiguieron en 2008-2009 evitar la sangría laboral. "Lo que sí consiguieron fue mantener la expansión del número de empleados públicos, que solo se ha empezado a reducir a finales de 2011". El sector público aumentó el número de asalariados en 230.000 personas desde el inicio de la crisis, mientras que el privado lo redujo en más de 2.600.000 personas (la línea azul representa la evolución en términos porcentuales de los empleados públicos y la amarilla de empleados del sector privado).
- Así pues, además de haberse mostrado ineficaces para mejorar la situación del empleo, "lo más grave es el coste que han supuesto", primero, en términos de fuerte deterioro de las finanzas públicas y, segundo, absorbiendo buena parte del escaso crédito del sistema financiero.
- Además, "el gasto público ha contribuido a sostener algunos sectores de forma artificial y ha impedido (o frenado y pospuesto) el necesario ajuste de la estructura productiva, la liquidación de malas inversiones, y el desapalancamiento de la economía en su conjunto".
- La estrategia de solucionar una crisis de excesivo endeudamiento privado con endeudamiento público es "netamente perjudicial y, en el mejor de los casos, inefectiva". El problema fundamental no radica en aumentar la demanda sino en "reajustar la estructura de la producción y mejorar las deterioradas posiciones financieras de los distintos agentes económicos, reduciendo deuda y aumentando el ahorro".
Por todo ello, el OCE concluye que abandonar el ajuste fiscal para aplicar las mal llamadas políticas de crecimiento, consistentes en estímulos de gasto, "no es el camino a seguir". Al contrario, "Europa -y particularmente España- debe profundizar en la vía de la austeridad presupuestaria a través de un recorte considerable del gasto público". Y todo ello, acompañado de políticas que "retiren trabas al funcionamiento y crecimiento del sector privado".