La presencia de España seguirá creciendo en el mundo. La visita a Madrid del ministro de Transportes de Arabia Saudí no solo ha servido para afianzar el proyecto del AVE entre la Meca y Medina, sino que propició que se hablara de nuevos proyectos, también muy suculentos, en el ámbito de las infraestructuras.
Jubarah bin Eld al-Suraiseri se reunió con Mariano Rajoy en La Moncloa, una vez despachó con su homóloga española, Ana Pastor. También mantuvo un encuentro con el príncipe Felipe, pieza clave de los acuerdos, según el Gobierno, que destaca que los lazos más intensos de Arabia Saudí son con la Corona.
Aunque aún sin presupuesto cerrado, las fuentes consultadas por este diario desvelaron que, además de la línea La Meca-Medina (que reportará ingresos para casa por más de 6.000 millones de euros), Rajoy también consiguió que la colaboración de empresas españolas se pueda extender "a otras líneas" de la alta velocidad en las que actualmente se trabaja. Falta que se cierre el acuerdo. El ministro extranjero también se citó a puerta cerrada con las firmas que ya trabajan en la zona; en concreto, las públicas Adif, Renfe e Ineco y las privadas Cobra (acs), Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathina, Inabensa, Indra, OHL, Talgo y las saudíes Al Rosan y Al Shoula.
El jefe del Ejecutivo aún logró que las empresas españolas también puedan luchar para participar en el proyecto del suburbano de Riad, la capital del país y una de las ciudades más modernas del entorno.
Si a esto le sumamos el consorcio del AVE La Meca-Medina propiamente dicho, y que constituye el mayor contrato logrado por España en el exterior, el Gobierno salió muy satisfecho de sus labores diplomáticas, en la línea de que el país es una apuesta segura "tanto para inversiones dentro como fuera de nuestras fronteras".
Una buena noticia que se produce solo días después de que el Gobierno alcanzara más de 500 millones de euros en acuerdos comerciales con China. La firma materializó durante una visita del presidente de la Asamblea Popular del gigante asiático, Wu Bangguo, y Telefónica fue la gran beneficiada.