"El futuro del euro se va a jugar en las próximas semanas en España e Italia". La posible caída de estos dos grandes países, junto al riesgo de que Grecia acabe abandonando la Unión Monetaria, han configurado la actual "encrucijada" que atraviesa la moneda única. Éste es el particular diagnóstico que ha ofrecido el jueves el ministro de Economía, Luis de Guindos. Y no le falta razón. La supervivencia del euro se juega en España, un país "demasiado grande para ser rescatado". El problema es que la cuenta atrás para el rescate ya ha comenzado.
De Guindos no es el único que plantea esta tesitura. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, defendió esta semana que los Estados miembros cedan más soberanía a la UE en materia económica para corregir las "contradicciones" y "debilidades" que amenazan la eurozona y prevenir y combatir de forma más eficaz la crisis.
Cualquier retroceso conduciría a la desintegración, en un plazo más o menos breve, de la construcción europea. Y esta desintegración tendría un coste inconmensurable, para nosotros los europeos, pero también para el resto del mundo. ¿Es necesario que estemos al borde del precipicio para entenderlo?. Tenemos que refundar nuestra Unión para superar sus contradicciones y debilidades.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, comparó la deuda pública con las hipotecas subprime y señaló que Europa está "a punto de romper el cristal, de romper el panel de protección". En concreto, alertó de que el edificio de la Unión Monetaria acabe incendiándose, provocando un estado de pánico a nivel mundial. El verano de 2012 tiene el "eco fantasmal de 2008", Europa "debe prepararse para un plan de emergencia". La principal preocupación de Zoellick es la salida de Grecia -en primer lugar- e inmediatamente después España e Italia, ya que el abandono heleno podría "provocar el pánico financiero en España e Italia".
En este sentido, el editor asociado del Financial Times, Wolfgang Münchau, ha considerado este viernes que Europa debe acordar la unión bancaria este mismo mes para estabilizar el sistema, creando un Fondo de Garantía de Depósitos a nivel comunitario para tratar de evitar la retirada de depósitos en los países periféricos. Si la unión bancaria "no se hace antes de julio, será difícil controlar el sistema". Asimismo, advierte de que España no va a poder financiar por sí mismo el rescate bancario. "La recapitalización bancaria no será de 50.000 millones, será muy superior, y España no va a poder financiarlo".
Moncloa solicita ayuda al exterior
Precisamente por ello, el Gobierno español está buscando desesperadamente un mecanismo para recapitalizar el sistema bancario con dinero público, pero tratando, al mismo tiempo, de esquivar la intervención internacional. La posible quiebra de España ha marcado un nuevo punto de inflexión en la grave crisis de deuda europea. El Banco Central Europeo (BCE) rechaza salvar por la puerta de atrás a la banca española; Alemania se opone a emplear el Fondo de Rescate Europeo para prestar dinero al sistema financiero nacional; y la Comisión Europa exige más reformas y ajustes impopulares a España, dado la insuficiencia de las medidas adoptadas.
Ante tales negativas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estudia la concesión de préstamos blandos a España si falla en su intento de recapitalizar la banca. La cuestión clave que ronda en los mercados es, pues, la siguiente: ¿cómo y quién rescatará a España en caso de que el país precise ayuda?
Aunque hasta hace poco Moncloa negaba abiertamente la necesidad de rescate, la realidad es que lleva meses estudiando escenarios de esta naturaleza y su posible coste, incluso el de la salida del euro, tal y como avanzó Libre Mercado. Una especie de órdago a Alemania que los economistas Luis Garicano, Tano Santos y Jesús Fernández-Villaverde -miembros de Fedea- no dudan en calificar de "infantil amenaza", en un duro artículo contra el Gobierno bajo el título No queremos volver a la España de los 50. El último mensaje en esta línea ha sido lanzado este viernes por el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en forma de amenaza velada a los acreedores internacionales de España -alemanes y franceses, básicamente-.
El capital busca refugio
La posible caída de España e Italia, y el consiguiente riesgo de ruptura monetaria con Grecia como telón de fondo, están disparando las alertas en el mercado mundial y, especialmente, en el europeo. El capital extranjero huye de los países periféricos y se está refugiando en masa en activos considerados seguros, básicamente, en la deuda pública de los países del norte de Europa y grandes potencias. La rentabilidad de la deuda pública a 10 años de EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Finlandia y Suecia registra mínimos históricos, de entre el 1% y el 2%, al igual que la de Japón y Suiza, marcando mínimos por debajo del 1%.
Peros dos casos ejemplifican aún con mayor claridad el pánico que viven los inversores, dispuestos incluso a perder dinero con tal de buscar refugio.
- La deuda pública de EEUU a 30 años marca mínimos desde finales de 2008, cuando aconteció la quiebra de Lehman Brothers.
- Los bonos de Alemania a dos años cotizan en negativo. Es decir, un inversor tiene que pagar a Alemania para prestarle dinero. Y a 30 años, la rentabilidad de su deuda apenas se sitúa en el 1,7% (mínimo histórico).
- Lo mismo sucede con la deuda a dos años de Suiza.
La otra cara de la moneda es la aceleración de la fuga de capitales en los países periféricos de Europa ante la creciente probabilidad de quiebra, lo cual se traduce en retirada de depósitos, fuertes caídas bursátiles y mayor prima de riesgo soberana.
La bolsa no encuentra suelo ni la prima techo
La bolsa helena ha sufrido el mayor desplome a nivel mundial el pasado mayo (casi un 25%), mientras que la peor evolución del año corresponde al Ibex español, con una caída del 29%.
Mientras, la prima de riesgo de la deuda española lleva cinco días consecutivos por encima de los 500 puntos básicos, batiendo máximos días tras día. Asimismo, los seguros de impago (credit default swaps, CDS) sobre los bonos españoles a cinco años acaba de registrar un nuevo récord, tras superar el umbral de los 600 puntos básicos, lo cual refleja un riesgo de quiebra superior al 40%. No es el único, la percepción de mayor riesgo soberano se ha disparado en los últimos días en todos los países periféricos -también Italia registra récord, con más de 575 puntos-.
La siguiente tabla recoge los 10 países con mayor probabilidad de quiebra. Grecia, Portugal, Irlanda y España están incluidos en el ranking, Italia les sigue de cerca.
El PIB de estos cinco países, medido en términos de paridad de compra -descontando parte de la inflación-, asciende al 5,05% del PIB mundial y al 25% del PIB de la UE. Ante tal cifra no es de extrañar que la caída de los PIIGS desate el pánico del mercado. El euro sigue cotizando a la baja en el mercado, hacia los 1,20 dólares.