El hecho de que el IVA, en tanto que impuesto sobre el consumo, lastre y perjudique nuestra recuperación económica menos severamente que lo que lo hacen todos aquellos gravámenes que recaen sobre el ahorro y la generación de renta, ha llevado a muchos –y hasta en los lugares más insospechados– a respaldar el anuncio de su subida. De hecho, esa parece haber sido la única recomendación de Bruselas que el Gobierno del PP parece decidido a cumplir de verdad, a pesar de que el dictamen de la Comisión critica mucho más extendida y claramente la lentitud y escasez de las reformas llevadas a cabo, así como los incrementos impositivos llevados a cabo por el Ejecutivo de Rajoy en las rentas del trabajo y del capital, "particularmente dañinos para el crecimiento".
Con todo, el hecho de que subir el IVA sea un error menor comparado con haber subido el impuesto sobre la renta y sobre el capital no convierte ahora su subida en un acierto. Sin embargo, no faltan quienes repiten que "por ahí debía haber empezado el gobierno", lo cual sigue centrando el debate erróneamente en la cuestión de cómo debe el Estado recaudar más, en lugar de cómo conseguir que el Estado pese y gaste menos.
Y es que, al margen de las numerosas y profundas reformas que Rajoy debía haber dejado caer en tromba nada más acceder al gobierno, por donde el nuevo presidente debía haber empezado, continuado y terminado hasta poder bajar los impuestos sin acrecentar el déficit es por recortar el gasto y el tamaño del sector público. Todo lo demás es desviarnos de donde está el problema o soñar con los ingresos extraordinarios que la burbuja procuró al Estado en el pasado. De lo que se trata es de recuperar el otrora "santo temor al déficit", como recordara el otro día Aguirre, pero por la vía que siempre han reclamado los liberales, reduciendo el peso del Estado y oxigenando a la sociedad civil.
Por otra parte, los que defienden una nueva subida del IVA afirmando que "por ahí debía haber empezado el gobierno" parecen olvidarse que Zapatero ya subió el IVA bastante tiempo antes de que Rajoy subiera los impuestos directos. Y muchos de estos que respaldan la subida de ahora se opusieron a la de entonces. Y lo cierto es que la subida del IVA ya ha demostrado sus despreciables efectos, incluso desde el punto de vista recaudatorio. No hace mucho leí que, desde que se subió el IVA hace dos años hasta ahora, la recaudación por este impuesto se ha desplomado un 21 por ciento.
Este mismo jueves nuestro periódico asegura que el gasto de la Administración Central se ha incrementado un 14,7% interanual hasta abril (7.101 millones más), mientras que los ingresos acumulan una caída del 4,8% (1.498 millones menos que en el mismo período de 2011).
La insuficiencia del recorte del gasto, así como los esteriles, cuando no contraproducentes, efectos de las subidas de impuestos llevadas ya a cabo quedan en evidencia, pero el Gobierno se dispone a llevar a cabo una nueva subida del IVA con el increíble respaldo de quienes aseguran que Rajoy "debía haber empezado por ahí".