La cifra ya está encima de la mesa y, ahora sí, parece ser la definitiva. El Estado tendrá que inyectar en BFA-Bankia un total de 23.465 millones de euros (casi el 2% del PIB nacional) para garantizar su solvencia. A los 4.465 millones de euros que el Fondo de rescate bancario (FROB) prestó a BFA en 2010, transformados en acciones hace apenas dos semanas -lo cual implicaba nacionalizar el 45% de Bankia-, hay que sumar los 19.000 millones extra que la entidad solicitó el viernes para completar su saneamiento y cumplir las exigencias de capital. En total, unos 23.500 millones que el Estado aportará a BFA-Bankia en forma de capital -no de préstamos ni ayudas-, por lo que no tendrán que ser devueltos. Así pues, una vez completado el proceso, la cuarta entidad más grande del país pertenecerá en su totalidad al Gobierno.
La cuantía final se aleja mucho de los 7.500 millones extra previstos inicialmente por el ministro de Economía, Luis de Guindos. Sin embargo, resuelta la duda sobre el importe final del rescate público, la cuestión clave en estos momentos reside en dos puntos: cómo aportará el Gobierno este dinero; y cómo se contabilizará a nivel presupuestario.
En cuanto a la primera pregunta, y puesto que el FROB tan sólo cuenta con 5.300 millones de euros de liquidez -de los cuales 1.000 millones están comprometidos para el Banco de Valencia-, o bien el Estado vende más deuda pública en el mercado -a un elevado tipo de interés-, transfiriéndole luego el efectivo, o bien entrega directamente esa deuda a la entidad a cambio de las nuevas acciones. En este último caso, Bankia puede convertir en liquidez estos títulos descontándolos en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE) o vendiéndolos en el mercado. De una u otra forma, su rescate elevará el volumen de deuda pública.
En cuanto a la segunda cuestión, el tema es algo más complicado. Según Economía, la inyección pública a Bankia no contabilizará como déficit. Sin embargo, el Ministerio se ha negado a responder a Libre Mercado en qué basa tal diagnóstico, ya que la legislación europea sí deja abierta esta posibilidad. En concreto, según recoge el BCE, en la normativa contable SEC95 caben destacar, al menos, tres aspectos:
1. Préstamo no cobrado:
Los préstamos se registran como operaciones financieras, siempre y cuando la entidad tenga una obligación contractual de pagar intereses y rembolsar el préstamo. Si existe evidencia documentada de que el reembolso (total o parcial) de los préstamos es muy improbable, se registrará una transferencia de capital de las Administraciones Públicas.
La regla general establece que toda "transferencia de capital" a un banco ha de contabilizarse como déficit. En principio, éste sería el caso del préstamo concedido por el FROB en 2010 (4.465 millones de euros) ya que, finalmente, no ha sido cobrado por el Estado sino transformado en acciones ordinarias.
2. Ampliación de capital, ¿a valor de mercado?
Sin embargo, Economía se limita a responder que, tanto en el caso anterior como en la inyección extra de capital de 19.000 millones, tan sólo se contabilizará como déficit público si el Estado vende esas acciones en el futuro por un importe inferior al aportado. A este respecto, la normativa SEC95 indica lo siguiente:
Las recapitalizaciones a través de adquisiciones de nuevas acciones a precios de mercado se registran como «operaciones financieras» sin impacto (inmediato) sobre el saldo presupuestario de las Administraciones Públicas. Si el precio de compra excede indiscutiblemente del precio de mercado, se registra una transferencia de capital por la diferencia, lo que afecta negativamente al saldo presupuestario de las Administraciones Públicas.
Dicho de otro modo, si existen dudas de que la cuantía del rescate supera en mucho el valor de mercado de la entidad, la diferencia debería contabilizarse como déficit. En este sentido, ha de tenerse en cuenta que, tras inyectar 19.000 millones extra a la matriz de la entidad (BFA), Bankia -la parte que cotiza en bolsa- ampliará capital por valor de 12.000 millones (este dinero saldrá de la propia BFA).
El problema es el siguiente: Bankia vale hoy en bolsa unos 3.100 millones de euros -cuando salió al parqué valía 7.500-; y ahora se prevé ampliar capital por otros 12.000; de este modo, Bankia tendrá que cotizar, como mínimo, a un valor de 15.000 millones en el futuro -cinco veces el actual- para que el Estado pueda vender sus acciones sin perder esos 12.000 millones, evitando así contabilizar la diferencia como déficit.
3. Cubrir 'agujeros' es déficit
Por último, más allá de lo que indica la normativa, lo relevante es que, preguntados sobre esta cuestión, ni Eurostat -la oficina estadística de Bruselas- ni los observadores del BCE descartan que parte del rescate de Bankia se tenga que contabilizar como déficit público. Las fuentes de Eurostat consultadas por Libre Mercado aclaran que la entidad está a la espera de que el Gobierno le notifique la operación específica de Bankia para poder evaluar su impacto sobre el déficit y la deuda de España.
Sin embargo, aclaran que, "como regla general, todas las inyecciones de capital en los bancos aumentarán la deuda pública, ya sea directamente [aportando bonos públicos] o indirectamente [mediante dinero en metálico]. Es decir, el rescate elevará la deuda pública en cerca de dos puntos porcentuales.
Ahora bien, "el impacto en el déficit depende de si la inyección se considera o no como gasto del Gobierno. Será gasto público (con impacto en déficit) cuando el Gobierno no esté actuando como un inversor privado en la búsqueda de una tasa de rentabilidad de mercado, y sí de facto para cubrir las pérdidas del banco". Por tanto, cuando las inyecciones sirvan "para cubrir pérdidas bancarias o haya evidencia de que el Gobierno no logrará una tasa de retorno suficiente, impactarán en el déficit público", añaden.
En este sentido, Bankia perdió 3.000 millones de euros en 2011, y de los 19.000 millones extra que aportará el Estado, unos 15.600 (el 80%) servirán para cubrir los agujeros derivados del deterioro de activos crediticios. Es decir, el Estado entrará, en parte, para cubrir pérdidas y, en parte, para reforzar el capital de la entidad. Según Eurostat, en principio, el dinero empleado para tapar agujeros debería contabilizar como déficit.
Por último, observadores del BCE consultados por este periódico advierten de que todo dependerá del volumen de pérdidas bancarias que asuma el Estado. "En Irlanda, el capital de los bancos estaba tapando agujeros, por lo que se contabilizó como déficit". Efectivamente, tal y como muestra la última recapitalización bancaria efectuada por el Gobierno irlandés en julio de 2011, el 35% del dinero público inyectado en Bank of Ireland Group (BoI), EBS/Allied Irish Banks (AIB/EBS) y el Irish Life and Permanent Group Holdings (IL&P) fue directamente a déficit el pasado año: 5.800 millones de los 16.500 aportados en esa operación.
¿Cuánto del dinero aportado a Bankia irá a déficit? Esta pregunta la tendrá que responder en última instancia Bruselas, pero lo que está claro es que, a diferencia de lo que afirma el Gobierno, ni Eurostat ni los analistas financieros descartan que parte del rescate eleve el déficit fiscal español en 2012.