En plena tormenta financiera, con un Gobierno acostumbrado a tener que apagar incendios políticos constantemente, por fin se dio una buena noticia: más de 500 millones de euros en acuerdos comerciales con China. El presidente quiso darle toda la relevancia -incluida la pompa institucional al más alto nivel- y de ahí que él mismo despachara con el presidente de la Asamblea Popular del gigante asiático, Wu Bangguo, que trajo con él a una impresionante delegación de empresarios.
No todo es aceite, vino y jamón en los acuerdos alcanzados. De hecho, el más importante de todos es el relativo al sector de las telecomunicaciones convirtiendo a Telefónica en la gran beneficiada. Precisamente, su presidente, César Alierta, abanderó el lado empresarial español en el que también estuvieron representantes de la CEOE. También los sectores de la automoción y el transporte marítimo salen beneficiados.
Mariano Rajoy estuvo presente en la firma de los contratos. Antes, se reunió con Wu Bangguo y le aseguró que España es un destino seguro para las inversiones chinas. Cabe recordar que el país asiático es uno de los más importantes a la hora de comprar deuda. Las cifras avalan que los lazos cada vez son más intensos: China ya es el tercer proveedor de España y las exportaciones crecen a un ritmo del 30% por año.