Según publica Financial Times, los millonarios franceses están mirando hacia Londres como posible refugio frente los "imposibles" impuestos que prevé imponer el nuevo presidente de Francia, François Hollande. Así, entre otras medidas fiscales, pretende subir el tipo máximo del IRPF hasta el 75% para las rentas por encima del millón de euros al año, que las rentas del capital paguen lo mismo que las rentas del trabajo o aumentar el Impuesto de Sucesiones y el de Patrimonio
La retórica de "que paguen los ricos" del nuevo presidente ha desencadenado el pánico entre las rentas más altas del país, que ven como opción más práctica irse al otro lado del Canal. Los franceses estarían dispuestos incluso a adquirir la nacionalidad británica o de cualquier otro país para salvaguardar sus ahorros en caso de que Francia perdiga fiscalmente a los residentes en otros países.
Bernard Grinspan, trabajador de la oficina parisina de Gibson Dunn, una firma internacional de abogacía dice: "Algunos de nuestros clientes se están planteando muy seriamente reubicarse no sólo en Londres sino también en Singapur y Nueva York. Hay muchísima incertidumbre".
Según Expansión, los primeros síntomas de esta fuga de capitales hacia Reino Unido se está notando en las firmas inmobiliarias de gama alta ubicadas en el centro de Londres, ya que observan cómo se incrementado de forma sustancial la búsqueda y demanda de inmuebles por parte de los franceses.
Las grandes inmobiliarias, tales como Knight Frank o Savils, han visto cómo han subido en el último trimestre un 19% las consultas de franceses interesándose por casas valoradas en más de 3,5 millones de euros en zonas como Kensington, Battersea Park y Wandsworth Common. "Las elecciones parecen haber empujado a un mayor número de franceses pudientes a considerar otras opciones con respecto al futuro", dice Liam Bailey, director de investigación en Knight Frank.
El movimiento de franceses millonarios a Londres no es nada nuevo. Ya en su día, Nicolás Sarkozy fue expresamente a Londres en 2007 para captar votos y "pedir a sus compatriotas que volvieran a Francia para ayudar a mejorar el país". Con Hollande en el poder su regreso es más que dudoso y, de hecho, la alta fiscalidad que quiere imponer el socialista amenaza con acelerar la fuga de capitales de Francia hacia destinos más acogedores.