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Rajoy: "Haré cualquier cosa aunque no me guste y aunque haya dicho que no lo haría"

La Comisión económica aprobará este jueves la segunda fase de la reforma financiera. Rajoy no descarta "rescatar" la banca con dinero público.

Mariano Rajoy justificó el hecho de incumplir la palabra dada si es en pro del interés nacional: "Haré cualquier cosa aunque no me guste y aunque haya dicho que no lo voy a hacer". Y en este sentido incluyó desde la subida de impuestos –también la del IVA en 2013- hasta nuevas medidas en el mercado financiero, destacando un rescate de la banca con dinero público a pesar de haberlo negado por activa y por pasiva.

El presidente llamó a "pensar en grande" y a entender que la situación es complicadísima y que habrá que hacer esfuerzos titánicos para volver a ver la luz al final del túnel. Asegura que se empezarán a dar atisbos de crecimiento en el año próximo, pero hasta entonces anunció un programa de reformas sin pausa, que el viernes tendrá una importantísima parada al aprobarse la segunda fase de la reestructuración financiera, capital para recuperar la ansiada confianza.

En este contexto, el anuncio más llamativo fue el relativo a la posibilidad de inyectar dinero público en algunas entidades financieras, principalmente en referencia a Bankia. Poco después dimitió Rodrigo Rato. El jefe del Ejecutivo negó que ésta sea su intención, pero a renglón seguido dejó la puerta abierta al asegurar que "sólo si fuera necesario y en última instancia" daría luz verde a la operación. "Gusten más o menos", el Partido Popular se apresuró a arropar las políticas emprendidas por el Ejecutivo. Todo, aseguró el vicesecretario general Carlos Floriano, porque "a esta situación hay que hacerle frente", si bien "la herencia del PSOE la vamos a recordar todos los días"

"Mi última intención sería prestar dinero público, pero si eso fuero necesario, yo no renunciaría como han hecho otros países europeos", argumentó Rajoy, en declaraciones a Onda Cero. La medida, destacaron fuentes gubernamentales, podría tomarse en la Comisión Delegada para Asuntos Económicos de esta semana, rubricada con posterioridad por el Consejo de Ministros. En el mismo, también se aprobará un Real Decreto a fin de de despejar "todas las dudas" que pesan sobre las entidades españolas "para que puedan financiarse en el exterior", en voz del propio Rajoy.

El paquete de medidas, al que solo falta el visto bueno de la Comisión, pretende acabar con "uno de los grandes problemas de España" y que, en opinión del presidente, es la imposibilidad del sistema para que fluya el crédito. En este sentido, rechazó la posibilidad de crear un banco malo, a pesar de que el Ejecutivo lo ha barajado con insistencia.

Rajoy mantiene su defensa de la austeridad

En plena resaca por la victoria socialista en Francia, Rajoy defendió con insistencia una hoja de ruta propia que incluye la austeridad como una de sus banderas. Para el presidente, el "gastar más de lo que ingresas" es malo "por la misma razón que lo es para una familia: porque si no te lo prestan, no te lo puedes gastar", expuso en varias ocasiones. "De lo que estamos hablando", llegó a advertir en clave pedagógica, es del hecho de que existen comunidades y ayuntamientos a los que ya le han cerrado el grifo.

De hecho, tal vez uno de sus mensajes más contundentes fuera en relación a los Gobierno autonómicos, y al plan de saneamiento que ya han tenido que presentar ante el Ministerio de Hacienda: "Si hay alguna comunidad que necesite ser intervenida, será intervenida", zanjó, no sin rematar que éstas "tienen que cumplir" a la par que recordó las ayudas ofrecidas, como el Pago a proveedores o la línea de crédito ICO. "Hay que ponerle un tope de gasto a las comunidades, igual que lo tienen los ayuntamientos y el Gobierno", aseveró, recordando su librillo en este marco: "Una administración, una competencia" así como "unidad de mercado".

También fiel a su habitual estrategia de comunicación, Rajoy entrelazó la cruda realidad con mensajes de esperanza en el futuro. Como que las reformas emprendidas "no van a suponer una demolición del estado de bienestar" o que "vamos salir de este proceso".

"Si es preciso subiré el IVA"

Capítulo aparte le dedicó a la subida impositiva, y más concretamente del IVA. Si algo remachó es que no le gusta, que va en contra de sus propias ideas, y que más pronto que tarde intentará reinvertir la decisión. Incluso no descartó bajar los impuestos, una vez vuelvan al estado original. Pero, a tenor de sus palabras, parece que aún queda mucho para ello: "Yo prefiero no subir el IVA en 2013, pero si considero que es bueno para los intereses generales de España, lo haré y haré cualquier cosa que sea necesario para sacar a España de esta situación", expuso.

No se quedó ahí: "Yo quiero bajar los impuestos, pero en una situación como ésta no puedo hacer lo que me gustaría", admitió, poniendo como ejemplo el salto en el dato de déficit público, del 6 al 8,5%, que se encontró cuando accedió al poder. "Creía que teníamos una gripe, un catarro, pero nos encontramos con un proceso de neumonía", y por ello "tomamos decisiones que no nos han gustado, como la subida de impuestos", defendió.

Asegura que no habrá intervención

Rajoy admitió que es consciente del "desgaste y costo electoral" que sus medidas le están pudiendo producir. De hecho, el PP ya ha puesto a trabajar toda su maquinaria de cara a los próximos comicios, especialmente los que se celebrarán en Galicia. Pero, amén de esta confirmación, recalcó que no está "en eso" porque "mi único interés es acertar y hacer las cosas bien". Y, en este sentido, solemnizó sobre una hipotética intervención: "No estamos ni lejos ni cerca, simplemente no estamos. A España no se le va a intervenir porque no se le puede intervenir. No me genera dudas ni preocupaciones. Mi única preocupación es el desempleo", concluyó.

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