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Arquimia Oficina Técnica

Cómo ser arquitecto en España y crecer un 20% anual

Tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, estos tres empresarios demuestran que se puede crecer en el sector.

Tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, estos tres empresarios demuestran que se puede crecer en el sector.

Si ya es complicado que una empresa crezca en la actual coyuntura económica, lo es más aún si se dedica al sector de la construcción. Con arrojo y capacidad de sacrificio Alejandro Martínez, José Luis Valenciano y Manuel Sánchez montaron Arquimia Oficina Técnica hace ya seis años y no dejan de tener trabajo.

Estos jóvenes arquitectos son, además de amigos, compañeros de universidad. Los tres lo tienen muy claro, ya que "jamás" querrían trabajar por cuenta ajena. "Trabajar por cuenta propia es muy motivador. Eres dueño de tu destino, para bien o para mal". En una entrevista a Libre Mercado nos cuentan cómo salir adelante, cobrar al día y, sobre todo, conseguir crecer en un mercado tan difícil.   

Pregunta (P): ¿Cuándo decidisteis trabajar juntos?

Respuesta (R):
Los tres hemos decidimos trabajar durante la carrera. Nuestro primer trabajo juntos lo hicimos en 2003 en Torrejón. Antes de constituirnos como sociedad teníamos nuestra oficina en un sótano, estuvimos año y medio, y empezamos a hacer nuestros pinitos. Fue en ese momento cuando tuvimos que decidir si le dábamos un formato legal a esto y aglutinábamos el trabajo de los tres o se iba cada uno por su cuenta.

P: ¿Cuándo dais el paso para crear Arquimia?

R:
Montamos la SL en 2006 y nos vinimos a esta oficina, queríamos un lugar céntrico y representativo (su oficina se sitúa en plena calle Mayor de Madrid). Nos salió una buena oferta de alquiler y comenzamos.

Es un salto al vacío, complicado; teníamos trabajo, pero de repente teníamos que asumir también una serie de gastos que no sabes si vas a poder afrontar. No tienes garantía de éxito, pero hicimos una lista de las cosas que sabíamos hacer un día en un restaurante y nos decidimos.

P: ¿Tuvisteis muchos problemas en cuanto a la financiación para dar los primeros pasos de vuestra empresa?

R:
No hemos buscado nunca financiación, todo ha sido autofinanciación. No hemos pedido dinero ni al banco, ni a nuestros padres ni a nadie. Montamos la SL con 1.000 euros que teníamos ahorrados cada uno. Empezamos con una mano delante y otra detrás. Sólo teníamos algunos clientes.

El empuje para formar esto fue la expectativa de un proyecto de 30 viviendas y de repente no salió nada de eso. Afortunadamente, creímos que sí iba a salir y nos decidimos a montar la empresa. Es lo mejor que nos pudo pasar porque comenzamos a avanzar. Cuando ya estás embarrado, buscas otras cosas.

P: ¿Qué cualidades creéis que tiene que tener un emprendedor?

R:
Es necesario tener un poco de arrojo, criterio, aptitud y lanzarte, pero sobre todo capacidad de sacrificio. Tenemos una filosofía común: si quieres progresar tienes que meterte en todos los líos. Es muy importante tener una disposición de aprender siempre, pero de todo, desde el albañil hasta cuando vas a comprar material. Tienes que ser una esponja.

P: Comenzais en pleno auge de la construcción en España, pero tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ¿cómo habéis conseguido sobrevivir?

R:
Hemos tenido que diversificar, abrir mucho nuestra oferta de servicios. Hemos reinvertido continuamente en la propia empresa, no se reparten beneficios. La diversificación del trabajo te permite tener muchos clientes y, así, si uno no te paga a tiempo no te quedas sin cash. Diversificar nos ha llevado a tener una visión muy completa del sector. Nos ha permitido hacer labor técnica, de constructores, optimizar costes y ofrecer los servicios a precios muy competitivos.

Salimos del huevo como arquitecto al uso, que es una figura muy amateur, muy artesanal. Una figura que ha vivido siempre tratándose de mirar el ombligo y hemos querido huir de esa imagen y centrar el estudio hacia una orientación más empresarial.

P: Con la morosidad disparada y sin acudir a la financiación ajena, ¿cómo se consigue hacer caja?

R:
La clave está en hacer una buena gestión de cobros que, fundamentalmente, es ser muy pesado. Si a la gente no le cuentas lo que vale tu trabajo ellos no lo valorarán.

Nuestra única experiencia en el sector público ha sido con un ayuntamiento de la Comunidad de Madrid. Era un contrato mercantil como técnicos municipales. Después de cuatro años, dos proyectos de urbanización y la pavimentación de dos calles todavía no los hemos cobrado. Nos hemos apuntado al plan de proveedores de Montoro con una quita del 25%, porque al final te sale más caro meterte en juicios con el Ayuntamiento. Es una pena. Es el único problema de impago que hemos tenido.

P: ¿Hay receta hoy día para tener una buena gestión de cobros?

R:
A algunos clientes potenciales se les ve de lejos. Si tú pasas una pequeña factura por una provisión de fondos y no te la pagan o te ponen problemas, malo. Si le dices lo que le valen las cosas y prácticamente no quiere oír hablar de lo que cuesta, te mosquea. Sin embargo, si quieren oír los precios y ajustar el presupuesto es una faena porque bajan tus beneficios, pero es una buena señal de que tiene un presupuesto y lo quieren gastar. Dejamos muy claro desde el principio que nuestro trabajo vale dinero.

P: ¿En qué se basa vuestra rama de negocio?

R:
Tenemos un volumen muy grande de rehabilitaciones porque la obra nueva está bastante más paralizada. Hacemos proyectos tanto de terciario comercial como residencial. La gente, cuando ve cómo trabajamos, piden design & building. El pack completo es la figura que más funciona, desde el inicio del proyecto pasando por la construcción y la decoración.

P: Ser empresario, sobre todo al principio y en un sector tan complicado, es muy sacrificado, ¿dónde encontráis la motivación?

R:
Motiva mucho que no solo trabajo para mi sueldo y el de mis compañeros. Nos da mucha satisfacción saber que directamente e indirectamente damos trabajo a mucha gente. Para muchos de los trabajadores que hacen nuestros proyectos -tenemos un equipo fijo de tres albañiles y luego un equipo de subcontratistas- somos su cliente mayoritario, y en muchos casos el 30% de su facturación anual depende de nosotros. Eso motiva, pero también crea una gran responsabilidad.

P: ¿Qué creéis que es fundamental para tener éxito?

R:
No decir nunca -o casi nunca- que no. Eso te hace trabajar mucho y tener una vida muy caótica. No hay horarios. Intentamos protocolizar el trabajo en la medida de lo posible, pero hay que trabajar muchas horas.

P: ¿Estáis notando la crisis en vuestra facturación?

R:
Notamos la crisis en que hacemos más proyectos pequeños, pero estamos creciendo porque nos metemos cada vez en más líos. Aproximadamente, llevamos un ritmo de crecimiento anual del 20%. Ya tenemos en mente otros desafíos dentro del sector, cosas colaterales.

P: ¿El hecho de ser amigos de siempre y compañeros de facultad es bueno o a veces se junta demasiado el trabajo con la vida personal?

R:
Es muy positivo. Antes no nos veíamos capaces de hacer ciertas cosas, pero si ves que el otro lo hace, dices, ¿por qué yo no lo voy a hacer? Aprendes de él y él aprende de ti. Siempre hemos procurado tirar los unos de los otros. Si uno hace algo muy bien, no dejarlo ahí sino que el resto aprenda. Aprender los unos de los otros para ser los tres autosuficientes y saber hacer un poco de todo. Eso es lo que nos hace ser bastante ágiles.

P. ¿Es difícil ser emprendedor en España?

R:
En este país hay una mala costumbre de la seguridad, la típica frase yo me quiero colocar para trabajar ahí toda la vida. Eso tiene que cambiar. El mercado laboral en Europa es muy dinámico y a los empresarios se les tiene más respeto y más aprecio. Si eres empresario o autónomo aquí ya eres sospechoso de que vas a ser un explotador.

No hay más que ver los vídeos de los sindicatos en las manifestaciones con la figura del empresario con la figura de explotador. Hay muchos empresarios que están desviviéndose por sus empleados, arruinándose por pagarle la nómina a su trabajador y ése no es un explotador ni un tirano. En este país hay de todo, pero se tiene a demonizar al empresario.

P: ¿Cuál es el mejor momento para emprender?

R:
Si lo vas a intentar hazlo desde el principio, cuando seas joven, cuando tengas la ayuda de tu familia, porque si luego empiezas a tener responsabilidades familiares o de pareja ya es más complicado. Si quieres hacerlo, nada más terminar la carrera inténtalo. Si te das la leche, va a estar tu familia y no va a pasar nada, no te va a diferenciar de otras personas que lo hayan intentado.

P: ¿Cómo se superan los momentos complicados?

R:
Siempre está bien estar un poco incómodo. Nuevos retos, nuevos momentos complicados de tener que estrujarte el cerebro son los que te permiten dar más saltos. Esa sensación de ir siete meses por delante, esa angustia, esa preocupación siempre está y eso es lo que un emprendedor tiene que pensar antes de lanzarse, si va a ser capaz de asumir esa responsabilidad.

Las épocas que hemos tenido más complicadas, de menos clientes, donde no había ingresos, han sido como revulsivos para cambiar cosas que no funcionan, para el ingenio.

P: ¿Qué balance hacéis de estos seis años?

R:
La mejor valoración es que ninguno de nosotros nos vemos no haciendo esto. Es una elección, te quita tiempo pero estás trabajando para ti, pringas para ti e inviertes en ti.

En Libre Mercado

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