Hollande goza del entusiasta apoyo, adornado de peligrosas expresiones antieuropeas y anti-germanas, del socialismo político y mediático hispano. Estos eurófobos proponen renegar del tratado, promovido por ellos mismos, de estabilidad y gobernanza.
GEES
Compartir
Tuitear
Enviar
Enviar
Epictet0 dijo el día 27 de Abril de 2012 a las 15:46:
Este artículo es indigno de GEES,cuyos análisis suelen ser muy profundos e interesantes.
Entre los eurófobos no sólo están los que se oponen a la austeridad europea, también están los que, siendo liberales (o precisamente por ello), están en contra este modelo político europeo, profundamente antidemocrático. Estos ciudadanos se preguntan, por ejemplo, cómo hacer para cambiar o suprimir una directiva europea, preparada por el autoritario Papá Europa (burócratas que en algunos casos no han pasado ni los filtros de las urnas). El mismo ciudadano que se pregunta en qué tipo de regímenes se vota una constitución tantas veces como resulte necesario para su aprobación (es decir, no se acepta una negativa).
Estos ciudadanos de convicciones más próximas a Sarkozy, podrían acabar votando Hollande por motivos estratégicos: la disolución del euro como medio para destruir el actual modelo europeo, esperando que el próximo sea más democrático...
El liberal no lo es sólo en lo económico... entre sus principios también está tener controlado al Leviathán (aunque tenga 27 cabezas).
Huelga decir (aunque nadie lo diga) que la supervivencia del euro exige la renuncia a la soberanía nacional. No se ve que el ciudadano europeo esté dispuestos a ello. Nadie se lo dice, pero lo intuye. De ahí el auge de los partidos nacionalistas (extremistas). Francia tiene además el problema de la xenofobia rampanete: la primera vuelta ha dejado claro que el 20% de sus ciudadanos considera que los dos problemas más importantes del país son Europa (o el euro) y los musulmanes (quién sabe en qué proporción relativa).
Por otra parte, seamos realistas: aunque Hollande gane las elecciones (lo cual es muy probable), no pondrá en práctica casi nada de lo que dice. En primer lugar porque no podrá, y en segundo lugar porque los políticos, sobre todo los socialistas, casi nunca cumplen el programa (por aquello de que éste sólo compromete al votante).
Quizá estos argumentos sean sólo demagogia populista eurófoba. Quizá también sea demagogia preguntarse de qué sirve tener una Comisión Europea,Presidente inclusive, si cuando hay algún problema importante los que se reúnen son Sarkozy y Merkel, o qué medidas de austeridad, aunque sean simbólicas o cosméticas, tienen previsto aplicarse las instituciones europeas...
Este artículo es indigno de GEES,cuyos análisis suelen ser muy profundos e interesantes.
Entre los eurófobos no sólo están los que se oponen a la austeridad europea, también están los que, siendo liberales (o precisamente por ello), están en contra este modelo político europeo, profundamente antidemocrático. Estos ciudadanos se preguntan, por ejemplo, cómo hacer para cambiar o suprimir una directiva europea, preparada por el autoritario Papá Europa (burócratas que en algunos casos no han pasado ni los filtros de las urnas). El mismo ciudadano que se pregunta en qué tipo de regímenes se vota una constitución tantas veces como resulte necesario para su aprobación (es decir, no se acepta una negativa).
Estos ciudadanos de convicciones más próximas a Sarkozy, podrían acabar votando Hollande por motivos estratégicos: la disolución del euro como medio para destruir el actual modelo europeo, esperando que el próximo sea más democrático...
El liberal no lo es sólo en lo económico... entre sus principios también está tener controlado al Leviathán (aunque tenga 27 cabezas).
Huelga decir (aunque nadie lo diga) que la supervivencia del euro exige la renuncia a la soberanía nacional. No se ve que el ciudadano europeo esté dispuestos a ello. Nadie se lo dice, pero lo intuye. De ahí el auge de los partidos nacionalistas (extremistas). Francia tiene además el problema de la xenofobia rampanete: la primera vuelta ha dejado claro que el 20% de sus ciudadanos considera que los dos problemas más importantes del país son Europa (o el euro) y los musulmanes (quién sabe en qué proporción relativa).
Por otra parte, seamos realistas: aunque Hollande gane las elecciones (lo cual es muy probable), no pondrá en práctica casi nada de lo que dice. En primer lugar porque no podrá, y en segundo lugar porque los políticos, sobre todo los socialistas, casi nunca cumplen el programa (por aquello de que éste sólo compromete al votante).
Quizá estos argumentos sean sólo demagogia populista eurófoba. Quizá también sea demagogia preguntarse de qué sirve tener una Comisión Europea,Presidente inclusive, si cuando hay algún problema importante los que se reúnen son Sarkozy y Merkel, o qué medidas de austeridad, aunque sean simbólicas o cosméticas, tienen previsto aplicarse las instituciones europeas...