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Emilio J. González

Un puñetazo encima de la mesa

En cuanto Rajoy intervenga la primera comunidad autónoma, es muy probable que la crisis de la prima de riesgo concluya o, por lo menos, que remita de forma sustancial. Eso es lo que le falta al plan de ajuste del PP.

Populares y socialistas andan estos días a la greña a causa de las cifras presupuestarias. Los del PSOE dicen que Zapatero le dio al Gobierno los datos verdaderos de déficit público, pese a que, esta misma semana, la Comisión Europea ha confirmado que el déficit público del año pasado es, en efecto, del 8,5%, como dice el Ejecutivo, y no del 6% como pretenden los socialistas. Estos también afirman que las cuentas públicas de este año están descontroladas mientras que el ministro Montoro responde que el déficit del primer trimestre del conjunto de las administraciones públicas españolas ha sido sólo del 1,83% del PIB. En todo esto, el Gabinete tiene razón, pero lo cierto es que mientras unos y otros se encuentran embarcados en discusiones que no conducen a ningún sitio, la prima de riesgo sigue siendo muy alta y solo se contiene gracias a las intervenciones del BCE en los mercados de deuda. Esto es lo que de verdad debería preocuparle al Gobierno.

La historia de las crisis de deuda soberana, que es lo que está sufriendo España en estos momentos, nos muestra que en cuanto los mercados detectan la misma, la prima de riesgo crece rápidamente. Pero la historia también nos enseña que no basta con un cambio de dirección de política económica ni con anunciar recortes del gasto y del déficit público para que los mercados se tranquilicen. Por el contrario, en muchas ocasiones, pese a presentar planes serios de ajuste fiscal, los mercados siguen dudando y solo reaccionan cuando ven de verdad el compromiso de los gobernantes con las medidas de ajuste que proponen. Entonces es cuando la prima de riesgo retrocede de verdad porque, en esos momentos, el Gobierno de turno ha recuperado la credibilidad frente a los mercados. ¿Qué es lo que marca el contrapunto en estas situaciones? Pues ni más ni menos que la ejecución de las primeras decisiones verdaderamente drásticas que demuestren el compromiso del Ejecutivo con el saneamiento de las cuentas públicas, más allá de los planes de ajuste. Dicho de otra forma, los mercados cambian de actitud cuando el poder político da un puñetazo encima de la mesa y demuestra a todos que se va a hacer lo que el Gabinete dice.

En España, en estos momentos, tenemos planes de ajuste. El proyecto de presupuestos para este año incluye un recorte del déficit de 3,2 puntos del PIB, al que se añade un recorte adicional de 10.000 millones procedentes de educación y sanidad. Sin embargo, los mercados siguen sin estar convencidos y necesitan pruebas. No es que duden de Montoro, no. De lo que dudan es de la capacidad del Gobierno central para meter en cintura a las comunidades autónomas. Con ello ya están diciendo de qué forma debería Rajoy dar ese puñetazo encima de la mesa que restaure la credibilidad del Ejecutivo español y que lleve al cambio real de tendencia de la prima de riesgo sin intervención del BCE: el puñetazo encima de la mesa debe ser en forma de intervención de las autonomías más problemáticas en términos fiscales. En cuanto Rajoy intervenga la primera, es muy probable que la crisis de la prima de riesgo concluya o, por lo menos, que remita de forma sustancial. Eso es lo que le falta al plan de ajuste del PP, esa decisión drástica con la que recuperar la confianza de los mercados.

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