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"El BCE no tiene que resolver los problemas de España"

"España debería tomarse el incremento de los intereses de su deuda como un acicate para afrontar la raíz de sus problemas", asegura Weidman.

El presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Jens Weidmann, considera que España debería tomarse el incremento de los intereses de su deuda como un acicate para afrontar la raíz de sus problemas en vez de volverse hacia el instituto emisor de la eurozona con la esperanza de que le compre sus bonos.

Weidmann, promotor de que el BCE se prepare para abandonar sus políticas menos ortodoxas, ha indicado en una entrevista que el programa de compra de bonos en los mercados secundarios no está diseñado para contener los intereses de la deuda de ningún país en particular, señalando que las declaraciones de Benoit Coeure, representante francés en el Comité Ejecutivo del BCE, simplemente constataban que el programa seguía existiendo.

El banquero alemán, a punto de cumplir 44 años, también señala que no encuentra razones que justifiquen la discusión de una tercera edición de las subastas de liquidez a tres años del BCE, que en dos operaciones han inyectado más de un billón de euros a los bancos europeos.  

"No deberíamos proclamar que se acerca el fin del mundo cuando los intereses a largo plazo de una país temporalmente superan el 6%", apunta Weidmann. "Esto supone también un acicate para que las autoridades de los países afectados hagan sus deberes y recuperen la confianza (de los mercados) mediante el seguimiento de la senda reformadora", añade.

El BCE informó este lunes que por quinta semana consecutiva no realizó ninguna compra de deuda pública de los países de la eurozona en los mercados secundarios de deuda, a pesar del notable incremento de los intereses de los bonos españoles a diez años, que han superado el umbral del 6%, y de las declaraciones de Benoit Coeure, responsable del programa en el seno del BCE, quien la semana pasada alimentaba las expectativas del mercado al afirmar que el programa seguía existiendo.

"Las limitaciones del SMP se han hecho evidentes", apunta, sin embargo, Weidmann, quien señala que su colega francés simplemente estaba describiendo con sus palabras que dicho programa no ha sido dado por finalizado por el Consejo de Gobierno del BCE.

"No pienso que se pueda encontrar a ningún colega (del Consejo del BCE) que opine que el Eurosistema está para garantizar un nivel de tipos de interés en particular para ningún país en concreto", añade.

Las compras de bonos por parte del BCE podrían contribuir a relajar parte de la presión sobre la deuda española, aunque su uso podría provocar un cisma en el seno de la entidad, ya que su aprobación y posterior aplicación provocaron la salida de dos pesos pesados del BCE como Axel Weber, antecesor de Weidmann en el Bundesbank, y Juergen Stark, execonomista jefe del BCE, ambos representantes alemanes en la institución.

De hecho, la intervención del BCE en los mercados secundarios de deuda el año pasado relajó considerablemente la presión sobre el interés de los bonos italianos, aunque la entidad asistió con frustración a la inacción del entonces primer ministro transalpino, Silvio Berlusconi, a la hora de aprobar y aplicar las reformas planteadas. En este sentido, el presidente del Bundesbank arroja un jarro de agua fría sobre las expectativas de algunos inversores sobre a una posible intervención del BCE en ayuda de España.

"No es nuestro trabajo proporcionar asistencia financiera para que se realicen los ajustes necesarios" dice Weidmann, quien apunta que "para eso es exactamente para lo que está el fondo de rescate".

Rechaza las tesis de Sarkozy

Por otro lado, el banquero alemán ha respondido al presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien en medio de la campaña electoral francesa planteó la necesidad de que el BCE tenga como misión apoyar al crecimiento económico y no únicamente la estabilidad de precios, afirmando que la mejor contribución que puede hacer la institución es cumplir con su mandato actual.

"Me llena de preocupación observar que se está plateando un debate acerca de suavizar el mandato del BCE (...) Tal discusión respecto a cambiar el mandato puede afectar a las expectativas de inflación", indicó.

Asimismo, Weidmann advierte de que, si bien las subastas de liquidez a tres años calmaron temporalmente a los mercados, existe el riesgo de crear una "dependencia".

"Poco después de la última subasta a tres años, comenzaron a emerger cada vez con mayor fuerza las peticiones de una tercera y una cuarta", apunta Weidmann, quien sugiere que al mismo tiempo se aplazaban las reformas, especialmente en lo que al control de los riesgos en el sistema bancario se refiere. "No veo razón para una tercera LTRO", añade.

"Si un banco simplemente vive del banco central, entonces es que claramente se está perdiendo un modelo sostenible de negocio (...) Corresponde a las autoridades nacionales reestructurar o cerrar tales esas entidades", añade.

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