España registrará este año una contracción del 1,8% de su producto interior bruto (PIB), mientras que en 2013 volverá a crecer, aunque sólo un 0,1%, según reflejan las nuevas proyecciones para la economía española recogidas en el informe Perspectivas económicas mundiales elaborado por el Fondo Monetario Internacional, que espera una gradual recuperación de la economía europea a partir de la segunda mitad de 2012.
El informe supone un nuevo varapalo para el Gobierno de Mariano Rajoy. Por una parte, España es la única gran economía europea que ve rebajadas sus previsiones de crecimiento para este año respecto al pronóstico hecho hace un par de meses. Por otro lado, el organismo señala que el nivel de déficit no volverá al 3% (el límite fijado por Bruselas) como mínimo hasta 2018.
En teoría, España debería llegar al 3% en 2013. Éste fue el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero con las instituciones europeas. Los números rojos serían del 6,0% en 2011, 4,4% este año y el 3,0% para 2013. Ya se sabe que en el último ejercicio el nivel fue del 8,5% y el nuevo límite negociado por Luis de Guindos en Bruselas es del 5,3% para 2012. Pero llegar al 3% en 2013 parecía una cuestión innegociable. Ahora, el FMI realiza un pronóstico muy diferente: no se alcanzará esta cifra antes de 2018.
Los números
De este modo, la institución dirigida por Christine Lagarde ha revisado a la baja una décima su anterior pronóstico para España. En el lado positivo, el clavo ardiendo al que se pueden agarrar desde Moncloa es que también han revisado cuatro décimas al alza sus perspectivas para el año que viene. De hecho, han asegurado que ven "señales positivas" para 2012.
Los principales pronósticos de la institución son:
- Tasa de paro en España: alcanzará el 24,2% en 2012 para bajar ligeramente en 2013, cuando se situaría en el 23,9%.
- Inflación en España: llegará al 1,9% este año y al 1,6% el siguiente.
- Déficit: España incumplirá los objetivos de déficit con un 6% este año y un 5,7% en 2013. El pronóstico es que no se llegará al 3% comprometido con la UE al menos hasta 2018.
- Eurozona: la expansión del PIB prevista es del 0,9% para 2013, aunque se contraerá tres décimas este año.
- Grandes economías de la UE: Alemania crecerá un 0,6% en 2012 y un 1,5% en 2013, mientras Francia lo hará un 0,5% y un 1%, respectivamente. Italia encadenará dos años de recesión, ya que, a pesar de la revisión al alza de las previsiones del FMI, su PIB retrocederá un 1,9% este año y un 0,3% en 2013, frente a la contracción del 2,2% y del 0,6%, prevista en enero.
- Reino Unido y EEUU: Reino Unido crecerá un 0,8% este año y acelerará su expansión al 2% en 2013, mientras que EEUU consolidará su incipiente recuperación con una expansión del 2,1% en 2012 y del 2,4% en 2013.
Señales positivas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró hoy "acertado" el ritmo de consolidación fiscal en España y observa "señales positivas" para volver al crecimiento positivo en 2013, tras cerrar este año en recesión. "Está claro que España necesita un ajuste porque el déficit fiscal es muy grande, creemos que el equilibrio entre avance y consolidación es acertado. Es más una maratón que un sprint", indicó Jörg Decressin, del departamento de Investigación del FMI.
Decressin citó como "señales positivas" de la economía española en los últimos meses el estrechamiento del déficit de cuenta corriente, la bajada de las presiones inflacionarias y la progresiva reducción del déficit fiscal. "Eso es porque ha mejorado la competitividad", apuntó el funcionario del FMI durante la rueda de prensa de presentación de las "Perspectivas Económicas Globales" del organismo internacional. No obstante, Decressin advirtió que "antes de que el crecimiento llegue, tomará tiempo y eso lo esperamos en 2013".
Asimismo, Decressin precisó que la reforma laboral anunciada por Madrid va en la dirección adecuada de reformas estructurales y valoró los planes de saneamiento del sector financiero, aunque señaló que "deben ponerse en práctica".
Por su parte, Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, insistió en que la "reducción fiscal por sí sola no va resolver los problemas de competitividad en la periferia europea", por lo que recomendó tener en cuenta la debilidad económica en la región. "Sin duda el ajuste es necesario, la cuestión fundamental es la velocidad a la que se aplica", concluyó.