El sistema sanitario público español está clasificado en el puesto 22 de entre los 32 países europeos incluidos en el Health Consumer Index 2009, el principal indicador independiente acerca de la sanidad de entre los que se publican en Europa. Por detrás, sólo aparecen países del este y el sur de Europa (Malta, Grecia, Macedonia,...). Por delante, España ve en la lejanía a los líderes (Holanda y Dinamarca), e incluso se tiene que conformar con una calificación peor que estados más pobres, como Portugal, Chipre o Hungría.
Este informe, realizado en Bruselas por Health Consumer Powerhouse, el principal think-tank (laboratorio de ideas) europeo de la materia, analiza todas las variables que influyen en la calidad de la oferta sanitaria. De esta manera, se estudian los derechos de información de los pacientes, la integración en las nuevas tecnologías, las listas de espera, el éxito de determinados tratamientos, la amplitud del sistema y los servicios farmacéuticos.
Pues bien, en la clasificación general, el sistema público de salud de España ocupa el puesto 22, entre Portugal y Croacia, con 630 puntos sobre un máximo de 1.000. Mientras, Holanda saca 863 puntos y Dinamarca 819 (ver tabla completa).
El sistema público español saca malas notas en casi todas los apartados del estudio, excepto en el caso de la tasa de éxito en el trato de determinados tratamientos (por ejemplo, la mortalidad en caso de ataque al corazón). Especialmente negativa es la foto en dos cuestiones: la información al paciente y el tiempo de espera para recibir los servicios.
En esta última cuestión, la foto es especialmente desoladora. El grupo de "Tiempo de espera" se subdivide en cinco apartados: acceso al doctor de familia el mismo día, acceso directo al especialista, espera inferior a 90 días para operaciones no urgentes, terapia de cáncer en un plazo inferior a 21 días y escáner en menos de siete días. Pues bien, España no tiene la calificación de "bueno" en ninguno de ellos, en dos obtiene un "intermedio" y en tres la nota es "no bueno".
Estos datos coinciden con los publicados en el informe sobre el sistema sanitario español publicado por el Observatorio Europeo de la Salud (dependiente de la UE) en 2010. Según sus datos, la media de espera en el sistema para ver a un especialista era en 2009 de 52 días, apenas un descenso de dos días respecto a los 54 de diciembre de 2006. Y el 33% de los pacientes debe esperar más de 60 días para ver a este facultativo.