A partir de este viernes no se volverá a ver esta imagen en los mostradores de los supermercados de Inglaterra. La prohibición de exponer al público cajetillas de tabaco ha entrado este jueves en vigor en un intento del Gobierno de evitar que los jóvenes caigan en el hábito de fumar.
Desde ahora el tabaco se convierte en un producto clandestino en las tiendas de Inglaterra y Gales, los establecimientos comerciales de más de 280 metros cuadrados deberán ocultar los paquetes de cigarrillos y cualquier otro producto relacionado con el tabaco. Quedan excluidos de esta normativa hasta 2015 los quioscos y los locales más pequeños.
Multas de hasta 6.000 euros
El tabaco se seguirá vendiendo en Inglaterra, pero el que incumpla la normativa y expongan las cajetillas o cualquier producto relacionado con el tabaco se podrá enfrentar a multas de hasta 5.000 libras ( unos 6.000 euros) e incluso a penas de carcel.
Aunque esta prohibición se aplica de momento solo a Inglaterra, otras partes del Reino Unido están estudiando implementar también la medida, destinada a dificultar el acceso de los menores al tabaco y a reducir el número de fumadores, actualmente un quinto de los adultos del país.
Cajetillas austeras
El Gobierno estudia también obligar a los fabricantes a poner los cigarrillos en cajetillas monocromáticas y sin adornos, para evitar el efecto de los logos y la publicidad.
"No podemos ignorar el hecho de que la gente joven es reclutada para fumar por expositores coloridos y atractivos a la vista. La mayoría de fumadores adultos empezaron cuando eran adolescentes, y debemos acabar con esta tendencia", declaró la secretaria de Estado de Sanidad, Anne Milton.
Descontento en la industria tabaquera
Estas medidas, introducidas ya en países como Irlanda, Canadá o Finlandia, han molestado a la industria tabaquera. En Escocia, por ejemplo, la aplicación de la prohibición ha tenido que ser pospuesta debido a una demanda presentada por Imperial Tobacco en los tribunales.
A raíz de la entrada en vigor de las nuevas normas en Inglaterra, un portavoz de British American Tobacco subrayó que "no hay pruebas" de que la ocultación de las cajetillas vaya a reducir el consumo de tabaco entre los jóvenes, al tiempo que "puede alentar el comercio ilegal".
Por otra parte, el Gobierno espera que, además de disuadir a los menores, la medida sirva también para ayudar a las personas que quieren dejar de fumar, que son unas 800.000 al año según datos oficiales.