En los últimos días, las asociaciones de empresarios han repetido a sus afiliados que no tienen que pagar el día de huelga a sus trabajadores. La ley en este sentido es justa: si alguien decide ejercer su derecho a no trabajar, tampoco tiene su empleador por qué pagarle el jornal.
Las administraciones públicas y las instituciones hacen la vista gorda (el Congreso ya ha anunciado que no descontará la jornada a aquellos que hagan novillos), en un flagrante agravio comparativo, puesto que los que trabajen ese día cobrarán igual que los que se queden en casita.
Sin embargo, los empresarios no suelen ser tan generosos. No tienen por qué serlo y además sería como tirar piedras contra su propio tejado. Sólo hay un grupo de trabajadores que se salvará de este pequeño recorte en su sueldo mensual: los liberados y delegados sindicales. Sí, los mismos que animan a voz en grito a los trabajadores a que se queden en casa, cobrarán todas sus horas, como si hubieran trabajado.
Esta circunstancia no se producirá por que este mes de marzo sea el único momento en el que muchos de ellos hayan hecho algo, precisamente preparando el 29-M. La razón es que la ley permite a los representantes de los trabajadores una serie de horas libres, con el objetivo de que hagan actividades sindicales. Los delegados tienen entre 15 y 40 horas mensuales (en función del tamaño de la empresa). Si no han gastado las de marzo, podrán sumarlas a la huelga y cobrar su sueldo íntegro.
Mejor aún lo tienen los liberados. Los sindicatos tienen la potestad de unificar las horas de varios delegados para liberar a algunos trabajadores: por ejemplo, un sindicato con cuatro delegados, une sus cuarenta horas y suma 160 horas. Entonces, escoge a uno de ellos y lo convierte en liberado. Desde ese momento, ya no tiene que ir a la empresa, porque se supone que ocupa toda su jornada en tareas de representación. Evidentemente, esto da lugar a muchos excesos (ha habido muchas noticias de liberados con sus propios negocios en todo este tiempo libre) y hay trabajadores que sólo ven a sus representantes en los días de huelga y en las semanas previas a las elecciones sindicales. Pero a pesar de todo esto, el empresario tiene que pagarles también el día de huelga, porque se supone que en esa jornada está realizando las actividades propias de su condición de liberado.
Además, la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar ha denunciado que en algunas de sus empresas, los sindicatos están ofreciendo hasta 80 euros a los trabajadores para que actúen como piqueteros.