¿Fondo de inversión o depósitos? Son productos muy diferentes en forma y fondo, pero en la categoría de los "menos arriesgados", los que invierten en valores monetarios (Letras del Tesoro) o fondos de inversión de renta fija sí han sido especialmente comercializados a un público que busca un menor riesgo.
De hecho, el boom de estos fondos en los años 90, época de intereses muy altos, ayudó a que se introdujera y consolidara el mercado de fondos en nuestro país. Hoy la cosa es muy distinta, los intereses son bajos y tan sólo tenemos el argumento de una mejor fiscalidad, no en lo que se paga, que va a ser lo mismo que en un depósito o cualquier producto de ahorro o inversión, sino en cuanto a poder diferirla.
A nadie le es extraño que en sucursal se trate de disuadir al cliente de que contrate un depósito a plazo fijo tradicional, ofreciéndole productos financieros de ahorro "alternativos". Desde pagarés a fondos de renta fija o garantizados, pasando por bonos estructurados u obligaciones a largo plazo de la propia entidad financiera. La razón básica no es el interés del cliente en la mayoría de ocasiones. Es el interés del banco, que gana más con estos productos que con los depósitos de toda la vida.
Por tanto, hay que analizar la letra pequeña del producto de ahorro que se nos ofrece. Confiar ciegamente en lo que nos dice el director de sucursal es el mejor camino para perder dinero.
Productos sin retención
Poder aparcar buena parte de nuestra inversión en las categorías de fondos con menos riesgo (FIAMM o FIM a corto plazo) puede ser tentador, ya que se intentará buscar una rentabilidad segura en el corto plazo para, cuando la situación se estabilice, cambiar a un producto con más riesgo sin tributar por las ganancias anteriores.
Y es que uno de los grandes beneficios de los fondos es éste, poder efectuar traspasos de un fondo a otro sin tener que tributar por ello hasta el momento que reembolsemos nuestras participaciones y así diferir la carga fiscal de las plusvalías hasta la venta final de un fondo. Mientras en los depósitos cada vez que cobramos lo hacemos con una retención del 19%.
Pero ¿y si la ganancia no existe? Esta es la coyuntura actual en la que se juntan dos aspectos que no les hace recomendables, tipos bajos y en descenso. Es decir los activos que se están contratando son a tipos bajos y al ir descendiendo los principales referenciales las nuevas contrataciones serán incluso inferiores. Cada vez que hay una subasta de Deuda y bajan los tipos es una buena noticia para todos, al aliviar la carga del Estado, pero mala para los inversores en estos productos.
A esto hay que añadir otros dos componentes negativos que no tienen los depósitos, las comisiones y el riesgo:
- Incluso en los fondos monetarios que son los que tienen más bajas comisiones suponen una merma. El resultado es que con productos que escasamente rinden en estos días un 3% podemos acabar con rendimientos alrededor del 1%.
- El riesgo de tipo de cambio hay que tenerlo muy en cuenta. Hay Fondos de Renta Fija que invierten en activos de otros países, generalmente de Estados Unidos, lo que implica añadir un componente nuevo: cómo evolucionan las divisas. Aún estando cubiertos total o parcialmente por algún producto derivado, supone otro coste que merma la rentabilidad.
Por todo ello analicemos la conveniencia de estos productos en estos momentos, ya que aunque fiscalmente puede ser atractivo, sin rentabilidad no merece la pena.
Haga click en la tabla para ver los depósitos a plazo más rentables: