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La abultada deuda de España presagia una larga crisis hasta 2016

La reducción de deuda (desapalancamiento) no ha hecho más que empezar en España. Probablemente, este necesario proceso se prolongue hasta 2016.

Seguramente conozcan ya al temido Sr. Desapalancamiento. Está presente en tertulias económicas, y para muchos es una gran pesadilla. La mala noticia es que todo indica que está aquí para quedarse por mucho tiempo. La buena, que sin él no hay salida a la crisis.

Los economistas utilizan este término para referirse a la reducción de deuda por parte de los distintos agentes económicos (familias, bancos, empresas, gobiernos). Esto implica o bien amortizar las deudas que se tienen contraídas (dedicando así una parte de renta que no podrá usarse para otros fines como el consumo de bienes) o bien impagarlas (lo que genera un agujero en el lado de los acreedores) o bien una combinación de ambas. Es lo que tiene la deuda.

No es de extrañar, por tanto, que el desapalancamiento sea un proceso doloroso del que nos gustaría escapar. Sin embargo, no queda otra que ajustarse y sanear las muy deterioradas posiciones financieras.

Pocos dudan de que el excesivo endeudamiento de la economía nacional fuera uno de los factores más importantes que nos condujo a la situación actual. La fase de expansión económica y burbuja inmobiliaria estuvo estrechamente asociada a un abultado incremento del endeudamiento del sector privado, que ha alcanzado niveles de los más altos de Europa. La insostenibilidad de este esquema se confirmó tras el estallido de la burbuja crediticia que tuvo lugar en 2007.

Fuente: Solventis

Por su parte, durante la fase de expansión, el sector público no contribuyó al creciente endeudamiento. Pese a ello, las Administraciones Públicas sí fueron acumulando desequilibrios financieros que solo pudieron ser escondidos por el gran dinamismo de los ingresos públicos, cosa que con toda claridad se ha puesto de manifiesto estos últimos años.

El estallido de la Gran Recesión en España supuso un punto de inflexión en este comportamiento: el sector privado comenzó un largo periodo de ajuste y reducción de deuda, mientras que el sector público hizo todo lo contrario.

Pese a la retórica de la austeridad y los recortes, lo cierto es que éstos apenas comenzaron en 2010 y han sido poco profundos, como sugieren los datos analizados por Libre Mercado: desde 2007 hasta la actualidad, la deuda pública se ha multiplicado casi por dos, registrando un aumento en 2011 del 14,2% respecto al año anterior. De esta manera, queda un larguísimo camino por recorrer en el proceso de desapalancamiento de la economía española, según señalan los expertos. No en vano, desde los analistas de Solventis reconocen que éste no ha hecho más que empezar y que, probablemente, se prolongue hasta 2016.

En esta misma línea apunta un reciente estudio del prestigioso McKinsey Global Institute, titulado Debt and deleveraging: Uneven progress on the path to growth (Deuda y desapalancamiento: Progreso desigual en el camino al crecimiento). De las tres economías grandes que sufrieron un boom crediticio más importante (Estados Unidos, Reino Unido y España), el informe señala que España es la que camina más lentamente en el proceso de reducción de deuda.

Considerando el total de la deuda de la economía española (privada + pública), la evolución de las cifras en las dos últimas décadas deja un panorama realmente preocupante para los próximos años. De ser la economía menos endeudada en 1990 hemos pasado, en la actualidad, a ser la tercera más endeudada, tan solo superada (de largo) por Japón y Reino Unido.

Fuente: McKinsey Global Institute

Por si una imagen no valiera más que mil palabras... Durante el periodo de expansión 2000-2008, el crecimiento de la deuda (en términos de PIB) fue de 145 puntos porcentuales (solo superado por Reino Unido: 177 p.p.). Desde entonces, hasta el segundo trimestre de 2011, este ratio ha aumentado en 26 puntos porcentuales, mientras que, por ejemplo, cayó en 16 p.p. en Estados Unidos. Asimismo, el sector empresarial español no financiero presenta un endeudamiento del 134% del PIB, que casi duplica el del estadounidense, aunque está claramente por debajo del irlandés, con un 194%.

Tal y como avanzó Libre Mercado el pasado año, el endeudamiento familiar, lejos de reducirse dramáticamente, repuntó en 2010, marcando un poco saludable parón en el necesario proceso de desapalancamiento.

Como se observa en el siguiente gráfico (línea negra), el endeudamiento de familias e instituciones sin fines de lucro (ISFL), contemplado con cierta perspectiva, apenas se ha reducido desde su máximo a comienzos de 2008. Según cálculos de McKinsey, esta caída equivale a 6 puntos porcentuales de la deuda de las familias respecto a su renta disponible.

Fuente: Juan Carlos Barba

Por lo que se refiere al desapalancamiento, Estados Unidos, pese al fuerte aumento de la deuda del Gobierno federal, parece haber hecho buena parte de los deberes. Todo lo contrario que España. Quizá ahí esté una de las muchas respuestas a por qué la recuperación en Estados Unidos parece -aunque con dudas- más vigorosa que en otros lugares. Aquí, en cambio, queda estancamiento económico para largo.

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