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La fuga de depósitos se acelera en España e Italia

El dinero extra del BCE permite a la banca española aumentar su compra de bonos públicos y cubrir la fuga de depósitos de los últimos meses.

El recrudecimiento de la crisis de deuda europea a partir del pasado agosto empeoró de forma sustancial las condiciones de financiación de la banca continental durante los últimos meses del pasado año debido, básicamente, a las peores perspectivas de crecimiento económico y a las crecientes dudas de solvencia y sostenibilidad fiscal de España e Italia. Como resultado, la financiación "de los bancos de países con importantes problemas presupuestarios se mostraron especialmente débiles" hasta diciembre, según revela el último informe del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), publicado el lunes.

Pero esta desconfianza no sólo se materializó en una fuerte contracción del mercado interbancario (donde las entidades se financian) sino también en el volumen de depósitos. Así, tal y como avanzó Libre Mercado, en los países más débiles de la zona euro (los del sur de Europa) continuaron las "retiradas de depósitos de los bancos, que en el caso de España e Italia se aceleraron en el último trimestre del año", añade el BIS -el banco de los bancos centrales-.

En concreto, el flujo anual de depósitos de hogares y empresas en los bancos españoles e italianos pasó de registrar un volumen positivo de 120.000 millones de euros en el tercer trimestre de 2011 a un saldo negativo de 120.000 millones en el cuarto. Es decir, empresas y ahorradores prefirieron retirar sus depósitos en estos países para ubicarlos en plazas más seguras (bancos del norte de Europa).

Sin embargo, tanto la restricción del crédito internacional como la fuga de depósitos en España e Italia fue compensada gracias a las inyecciones extraordinarias de liquidez puestas en marcha por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado diciembre.

El rescate del BCE

El BCE anunció a finales de 2011 que ofrecería a los bancos de la zona euro financiación ilimitada a tres años mediante dos subastas extraordinarias de liquidez, al tiempo que rebajaba sus criterios para aceptar activos de peor calidad y mayor riesgo como aval de sus préstamos a la banca, entre otras medidas aplicadas de forma coordinada con otro grandes bancos centrales.

De este modo, la banca de la zona euro logró captar abundante financiación para cubrir gran parte de sus vencimientos de deuda en los próximos años. Los préstamos extraordinarios del BCE inyectaron a la banca europea algo más de 1 billón de euros, una cifra equivalente al 80% de sus amortizaciones de deuda hasta 2014, y que cubre con creces sus amortizaciones de deuda no garantizada.

Los más beneficiados por esta operación fueron, precisamente, los bancos españoles e italianos, que acudieron en masa a los créditos extraordinarios del BCE (casi 300.000 millones de euros a tres años). Esta liquidez extra les ha permitido financiar sus pasivos, compensando así tanto la retirada de depósitos como la restricción de crédito bancario procedente del exterior.

No en vano, según el BIS, el crédito exterior a bancos situados en los países GIIPE (Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España) se redujo notablemente en el tercer trimestre de 2011. En concreto, los activos frente a bancos italianos y españoles cayeron en 60.000 (9% interanual) y 45.000 millones de dólares (7,5%), respectivamente.

Pero las condiciones de financiación bancaria en la zona euro "mejoraron tras las medidas adoptadas por los bancos centrales", concluye el BIS: los inversores retornaron a los mercados de deuda bancaria a largo plazo, adquiriendo más deuda no garantizada en enero y febrero de 2012 que en los cinco meses anteriores; los fondos de inversión estadounidenses también incrementaron sus posiciones frente a algunos bancos de la zona euro; y el coste de la financiación bancaria se redujo.

Inversión en deuda pública

El empleo de este dinero extra por parte del BCE ha sido dispar según las entidades de cada país. Muchos bancos europeos han preferido depositarlo en el BCE a la espera de afrontar sus vencimientos de deuda, otros lo han empleado para diversificar sus inversiones, mientras que las entidades españolas e italianas lo usaron para "ampliar sustancialmente sus carteras de deuda pública" nacional. En ese apartado destaca, especialmente, la banca española, que realizó compras netas de bonos por valor de 45.000 millones de euros entre diciembre y enero, la práctica totalidad de las emisiones del Tesoro español en ese período (47.000 millones).

De este modo, el dinero inyectado por el BCE también ha cubierto de forma indirecta las necesidades financieras de los estados español e italiano en los últimos meses frente a la desconfianza generalizada de los inversores (y el consiguiente encarecimiento de las emisiones), haciendo caer sus respectivas primas de riesgo.

Y es que, según el BIS, los grandes bancos internacionales redujeron de forma sustancial su exposición a ambos países: el crédito exterior a Italia bajó en 65.000 millones de dólares (7%) durante el tercer trimestre de 2011, afectando principalmente al sector público (51.000 millones menos en deuda, una caída del 18%); en España, la contracción ascendió a 24.000 millones de dólares (3,3%), afectando tanto a la banca (15.000 millones menos, una caída del 6,7%) como al sector público.

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