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EDITORIAL

Un voto de confianza para España

Todo indica que el plácet público de la UE al nuevo objetivo de déficit se producirá una vez que se conozca el proyecto de Presupuestos. Los mercados no esperarán tanto y este mismo lunes volverán a emitir un dictamen

Los mercados financieros evaluarán este lunes la decisión del presidente Rajoy de fijar el objetivo de déficit para 2012 en el 5,8 por ciento y no en el 4,4 que, de manera oficial, sigue siendo el tope marcado a España por la Unión Europea. La primera impresión de los inversores ante este plante pudo recogerse el pasado viernes y no fue buena: el bono español alcanzó al italiano en el grado de desconfianza de los mercados y la prima de riesgo cerró sesión en 310 puntos de diferencia sobre el bono alemán. Un mal dato, que este lunes se someterá a un nuevo examen.

A diferencia del pasado viernes, se conocen hechos sobre la decisión del señor Rajoy que no se sabían cuando su decisión fue interpretada, sin matices, como "un plante" y un "desafío" a la disciplina presupuestaria marcada por la UE; pues resulta que no lo fue tanto. Sabemos, gracias, entre otras, a las informaciones publicadas por el enviado de Libertad Digital a Bruselas y por nuestra corresponsal en la capital comunitaria, que Rajoy dio el paso después de consultarlo con la primera ministro alemana, la señora Merkel. Sabemos, además, que las reuniones secretas y las llamadas telefónicas se sucedieron durante las horas previas al Consejo Europeo y que España ha obtenido asentimiento tácito, tanto de la Comisión como de los principales líderes del Consejo, para relajar el objetivo de déficit este año y esprintar el próximo hasta el 3 por ciento. De modo que el presidente Español no ha desafiado a sus colegas, sino que les ha hecho entrar en razón: cumplir con el objetivo del 4,4 por ciento de déficit en 2012 habría tenido unas consecuencias catastróficas para la sociedad española, en forma de depresión, paro y pobreza.

La confianza en un país depende del realismo de sus objetivos. ¿De qué sirve cumplir con el objetivo de déficit si los draconianos ajustes extinguen la actividad económica y llevan a España a una depresión insufrible? La disciplina tiene como límite la supervivencia de una economía y el mantenimiento de la paz social. Nuestros socios parecen haber comprendido que España merece un margen de confianza. Ya no estamos gobernados por un presidente irresponsable, despilfarrador y falsario, como ha sido el señor José Luis Rodríguez Zapatero. Hay un discurso basado en la verdad y hay una clara voluntad reformista. No se le puede pedir más a un Gobierno que se ha encontrado con la peor herencia económica de los últimos cien años.

De momento, el voto de confianza a España se da en los despachos oficiales. Todo indica que el plácet público de la UE al nuevo objetivo de déficit para España en 2012 se producirá una vez que se conozca el proyecto de Presupuestos. Los mercados no esperarán tanto y este mismo lunes volverán a dar un dictamen. El presidente Rajoy se ha esforzado este fin de semana en proclamar que España es un país solvente que cumplirá sus compromisos. El reto, ahora, es resistir la presión de los inversores sobre nuestra deuda soberana. Si el Gobierno sigue a lo suyo, es decir, si lleva hasta el final las reformas emprendidas, sin arredrarse ante el chantaje sindical, y si presenta un nuevo programa de reducción del gasto y la inversión en todas las Administraciones, el voto de confianza que la UE ha dado a España, se lo acabarán dando también los inversores.

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