Tras trece horas de negociaciones los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona han aprobado un segundo rescate de 130.000 millones de euros para Grecia con el fin de evitar la quiebra del país y su salida del euro, según han informado fuentes europeas. El acuerdo se demoró durante varias horas debido a la negociación entre las autoridades helenas y la banca, representada por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF)
Finalmente se llegó a un consenso sobre el programa que incluye medidas para reducir el nivel actual de deuda del país (160% del PIB) hasta el 120,5% del PIB en 2020, cinco décimas más de lo previsto inicialmente.
Uno de los pilares esenciales del plan de asistencia financiera, que incluye 130.000 millones del Fondo Monetario Internacional y la UE, es la participación del sector privado en el rescate de Grecia. El compromiso ha sido posible después de que la banca haya cedido a las presiones de la UE y haya aceptado asumir más pérdidas sobre los bonos helenos en su balance, de hasta el 53,5 por ciento del valor nominal en lugar del 50 por ciento que se había pactado inicialmente. Los acreedores privados han cedido tras las amenazas de Alemania y Países Bajos de una quiebra total de Grecia. Ello significa que el sector privado (básicamente bancos y fondos de inversión) perdonará a Grecia alrededor de 107.000 millones de euros y la quita real pasa del 70 al 75 por ciento.
Además, el Eurogrupo rebajará los tipos de interés que cobra a Grecia por el primer rescate de 110.000 millones de euros y se prevé la participación del Banco Central Europeo (BCE), que renunciará a los beneficios de los alrededor de 50.000 millones de euros en deuda griega en su balance y los distribuirá entre los Estados miembros.
En contrapartida, Grecia ha aceptado ceder soberanía a la UE en materia presupuestaria para poder beneficiarse del nuevo plan de ayuda. Así, los fondos del rescate se ingresarán en una cuenta bloqueada para garantizar que se destinen de forma prioritaria al pago de la deuda. Y habrá una troika "permanente" de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Atenas con el fin de supervisar que se apliquen las reformas.
Todo el acuerdo alcanzado está condicionado a que Grecia cumpla antes de fin de mes una serie de medidas previas en el sector de la sanidad, los impuestos, la reforma de pensiones, la mejora de la viabilidad de las estadísticas, la regulación y la supervisión financiera y la reforma laboral, entre otras.