Los milagros económicos existen y Corea del Sur es el mejor ejemplo. Experto en superar cualquier crisis económica, este país ha logrado en menos de 40 años resurgir de sus cenizas y convertirse en una potencia económica mundial gracias a una velocidad de crecimiento vertiginosa. La Guerra de Corea (1950) finalizó con la separación del Estado en dos repúblicas, Norte y Sur. A pesar de ser un país completamente devastado por la guerra, en 1953, Corea del Sur emprendió un proceso de expansión conocido como El Milagro del Río Han.
Su modelo de crecimiento le llevó a formar parte de los llamados Tigres Asiáticos (junto con Singapur, Hong Kong y Taiwán), cuya estrategia de desarrollo, que apostó por el sector industrial, obtuvo un éxito rotundo entre 1960 y 1990. La crisis financiera de 1997, no solo no consiguió frenar el crecimiento surcoreano, sino que impulsó todavía más su economía debido a que el Gobierno puso fin a las políticas intervencionistas que venía aplicando en muchos de los grupos empresariales del país.
A partir de esa fecha, la media de crecimiento de Corea del Sur supera el 6% del PIB. En ese momento se produce un proceso de apertura comercial que eleva las tasas de crecimiento tanto de las importaciones como de las exportaciones, y que hará que los inversores extranjeros acudan en masa debido a los incentivos fiscales y crediticios.
En la década de los 60, el sector agrícola de Corea del Sur representaba el 63% de la economía del país, el PIB apenas superaba los 2.000 millones de dólares y el PIB per cápita era de 87 dólares. Gracias a su capacidad de crecimiento, en 2011 era el sector servicios el que representaba el 74,8% de la actividad, el indicador del PIB se sitúa en 1,2 billones de dólares y el PIB per cápita de 23.575 dólares.
A partir de 1997, mientras el Gobierno dejaba en manos del sector privado el futuro económico de Corea del Sur, la actitud de sus habitantes sorprendía al resto de las economías desarrolladas. Lejos de sucumbir a la también llamada primera crisis de los mercados globalizados, se propuso convertirse en la población más cualificada del mundo.
Entusiasmo por la educación
Con más de 48 millones de habitantes y sin recursos naturales, el potencial surcoreano está orientado hacia su capital humano. El pasado año, la Comisión Europea alertaba sobre el problema del abandono escolar en España. Según este organismo, el 31,2% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años abandonó sus estudios sin finalizar la enseñanza obligatoria.
En Corea del Sur, la educación es una prioridad tan absoluta que el 79% de sus alumnos de bachillerato consiguieron entrar a la universidad en 2010, la cota más alta del total de países de la OCDE.
Desde niños, el objetivo de los escolares surcoreanos es poder ir a la mejor universidad del mundo. El espíritu competitivo de sus jóvenes es tal que, en la actualidad, son el tercer grupo más numeroso de extranjeros que se forman en las universidades de EEUU y el primero en China.
Otro ejemplo de la calidad del rendimiento estudiantil sería el resultado que año a año obtiene este país en el reconocido Informe PISA. Corea del Sur se encuentra en el segundo puesto entre los países ricos en comprensión lectora, en el tercero en competencia matemática y en el quinto en competencia científica (a día de hoy España no consigue rozar ni el promedio de la OCDE).
El llamamiento del embajador
El pasado mes de julio entró en vigor el Acuerdo de Libre Comercio de Corea del Sur con la UE, en el que se eliminan múltiples barreras arancelarias. El embajador de Corea del Sur, Oh Dae-Sung, se reunió a principios de febrero con José Miguel Guerrero, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Madrid y con un gran número de empresarios españoles, para dar a conocer las oportunidades de negocio que presenta esta economía.
El embajador hizo hincapié en los sectores de consumo, en la moda, en los productos industriales (maquinaria, componentes para automóviles) e incluso invitó a los presentes a introducir en este mercado productos nacionales como el vino o el jamón ibérico, ya que "son muy poco conocidos y el que decida comercializarlos, tendrá un éxito seguro."
También explicó cómo a través de la alta cualificación de su población se explican algunas de las claves de su éxito. "En Corea del Sur no existe el fracaso escolar", matizó.
En declaraciones a Libre Mercado, y como recomendación para superar la situación de la economía española, Oh Dae-Sung afirmó que "para superar una crisis todo el pueblo se tiene que sacrificar, quizá haya que trabajar más y cobrar menos, pero hay que evitar que las empresas cierren. La crisis tiene que solucionarla en conjunto de la sociedad".