España se asoma nuevamente a la recesión económica tras registrar en el cuarto trimestre de 2011 una caída trimestral del PIB del 0,3%, motivada por una fuerte contracción de la inversión y del consumo familiar. Según analistas, instituciones y expertos, esta trayectoria continuará en los próximos meses, por lo que se espera que la economía española entre otra vez en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) en el primer trimestre de 2012.
Pese a la caída intertrimestral registrada en el cuarto trimestre de 2011, el PIB creció un 0,3% en términos interanuales y un 0,7% en el conjunto del año 2011, tras sendos retrocesos en los dos años precedentes, según los datos de la Contabilidad Nacional publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El avance del PIB interanual en un 0,3% durante el cuarto trimestre del año pasado supone el sexto crecimiento consecutivo en tasa interanual que experimenta la economía española, aunque es cinco décimas inferior al que se registró en el tercer trimestre. Según el INE, la desaceleración del crecimiento interanual de la economía se debe a "mayor contracción" de la demanda nacional.
El retroceso intertrimestral del PIB español experimentado en el cuarto trimestre de 2011 puso fin a siete trimestres en signo positivo. Antes de eso, la economía española encadenó otros siete trimestres en negativo. Según el organismo estadístico, la contribución al crecimiento agregado de la demanda nacional fue un punto y cinco décimas más negativa en el cuarto trimestre que en el tercero, situándose en -2,9 puntos, mientras que la demanda externa aumentó un punto su aportación al PIB trimestral, desde 2,2 a 3,2 puntos.
El organismo estadístico recordó que las principales economías europeas, como Alemania, Austria y Francia, sufrieron una ralentización del crecimiento interanual del PIB en el cuarto trimestre del año, e incluso algunas, como Italia y Holanda, registraron tasas negativas. Sólo Reino Unido aceleró su crecimiento interanual, desde el 0,5% al 0,8%. El PIB valorado a precios corrientes desaceleró su crecimiento interanual siete décimas, hasta el 1,5%, con lo que el deflactor implícito de la economía se situó en el 1,2%, dos décimas menos que en el trimestre anterior.
Consumo familiar y la inversión lastran el PIB trimestral
La caída trimestral del PIB se debió principalmente a la fuerte contracción experimentada por la inversión, que pasó desde el -0,4% del tercer trimestre al -4,2% en el cuarto. Esta aceleración en el ritmo de retroceso de la inversión afectó tanto a la inversión en construcción como a la de bienes de equipo, con disminuciones trimestrales del 4,7% y del 3,9%, respectivamente, frente a las tasas del -1,8% y del 2,6% registradas en el trimestre anterior.
También el consumo familiar contribuyó al decrecimiento del PIB en el cuarto trimestre, al pasar de una tasa positiva del 0,2% en el tercer trimestre a una caída del 1% entre octubre y diciembre. Por el contrario, tanto el consumo de las instituciones sin fines de lucro como el de las administraciones públicas dieron signos de mejora en el cuarto trimestre pese a mantener cifras negativas, con tasas del -1,1% en ambos casos, frente al -1,4% y el -2% del trimestre anterior, respectivamente.
En tasa interanual, la desaceleración en el crecimiento del PIB desde el 0,8% al 0,3% durante el cuarto trimestre del año pasado fue consecuencia de la caída experimentada por el consumo familiar, frente al repunte registrado en el trimestre anterior, y a la mayor desaceleración del gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares.
En concreto, el consumo familiar se contrajo un 1,1% en tasa interanual, frente al avance del 0,5% del tercer trimestre, mientras que el consumo de las instituciones sin fines de lucro cayó un 0,8%, en contraste con el -0,4% del trimestre precedente. Por su lado, el gasto en consumo final de las administraciones públicas se mantuvo en una tasa negativa del 3,6%, la misma que en el tercer trimestre.
Empeora el comportamiento de la inversión
La formación bruta de capital fijo, por su parte, empeoró su comportamiento en el cuarto trimestre del año, ampliando su caída interanual negativa desde el -4% del tercer trimestre al -6,2% en el cuarto. La inversión en activos fijos materiales (construcción y bienes de equipo) acentuó su retroceso interanual 2,2 puntos, desde el -4,3% al -6,5%. En concreto, la inversión en activos de construcción amplió más de un punto su retroceso, desde el -7% al -8,2%, mientras que la inversión en bienes de equipo entró en tasas negativas tras seis trimestres de alzas, con una tasa del -2,7%, frente al 2% del tercer trimestre.
Aumenta la contribución de la demanda externa
Por otro lado, la contribución de la demanda exterior neta de la economía al PIB aumentó un punto en el cuarto trimestre, al pasar de 2,2 puntos a 3,2 puntos. Este resultado se debe al "notable" descenso de las exportaciones, compensado en parte por las importaciones. Concretamente, las exportaciones de bienes y servicios atenuaron su crecimiento interanual (del 9,2% al 5,2%) en sintonía con la desaceleración de las economías de los países a los que se destinan las exportaciones, fundamentalmente de la UE. Las exportaciones de bienes se desaceleraron desde el 9,5% al 2,9%, mientras que las de servicios repuntaron su crecimiento desde el 8,2% al 10,1%.
Por su parte, las importaciones de bienes y servicios retornaron a cifras interanuales negativas en el cuarto trimestre, con un retroceso del 5,9% frente al repunte del 0,9% del trimestre anterior. Las importaciones de bienes cayeron un 6,6%, mientras que las de los servicios bajaron un 3,3%.
Desde la óptica de la oferta, se aprecia una tendencia descendente en todas las ramas de actividad. Así, el valor añadido bruto de las ramas industriales pasó de un crecimiento interanual del 2,8% en el tercer trimestre a una bajada del 0,4% en el cuarto trimestre, con un retroceso aún más intenso para la industria manufacturera (desde el 3,4% al -0,1%).
La agricultura, por su lado, redujo una décima su valor añadido bruto, hasta el 0,3%, mientras que el de la construcción pasó desde el -3,2% al -3,7%. En los servicios, el recorte fue de una décima, desde el crecimiento interanual del 1% del tercer trimestre al 0,9% en el cuarto.
La caída del empleo se acentúa
El empleo de la economía, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, descendió a un ritmo del 3,3%, un punto y tres décimas superior al del tercer trimestre, lo que supone una reducción neta de casi 570.000 puestos de trabajo en un año.
Por ramas de actividad, el comportamiento del empleo fue peor que en el trimestre precedente. La construcción perdió más de 287.000 empleos en un año, la industria casi 88.000 y los servicios más de 187.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
El número de horas efectivamente trabajadas por las personas ocupadas pasó del -0,9% del tercer trimestre al -1,7% en el cuarto. La diferencia entra esta evolución y la de los empleos equivalentes a tiempo completo se debe al aumento del 1,6% de la jornada media a tiempo completo. Por todo ello, la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente aumentó nueve décimas, hasta el 3,7%, mientras que el crecimiento de la productividad por hora efectivamente trabajada aumentó desde el 1,8% al 2%.
Por su parte, la remuneración de los asalariados aumentó 1,5 puntos su contracción en el trimestre, hasta el -2,1%, como consecuencia de la caída del número de asalariados en un 3,2% y la disminución en una décima de la remuneración media de por asalariado (del 1,2% al 1,1%). De esta forma, el coste laboral por unidad de producto se redujo hasta el -2,5%, más tres puntos y medio por debajo del deflactor implícito de la economía.