La agencia de calificación crediticia Moody's ha rebajado la nota de la deuda soberana de nueve países europeos, entre ellos España, al que quita dos escalones, pasando de 'A1' a 'A3' con perspectiva negativa.
En cuanto al resto de países, destacan las rebajas de Italia (de 'A2' a 'A3') y Portugal (de 'Ba2' a 'Ba3'). Por su parte, Francia mantiene la 'Aaa' pero ahora con perspectiva negativa, al igual que Reino Unido y Austria.
Así, España sufre la rebaja más fuerte, puesto que la del resto de los países es de un solo escalón. No obstante, la calidad de la deuda es "buena" o "media-alta", con una sensibilidad "moderada" en un contexto "adverso".
Malta, que también tenía de nota 'A3', desciende a 'A2', mientras que Eslovaquia y Eslovenia, cuyas calificaciones se mantenían en el 'A2', descienden hasta 'A1', en el mismo escalón que estaba España.
Cabe resaltar que Moody's ha situado la calificación de todas las deudas rebajadas con perspectiva negativa, lo cual vaticina futuras depreciaciones de la nota.
De esta forma, las deudas de Francia, Reino Unido y Austria continúan siendo valores seguros, de "calidad extrema" y de "mínima sensibilidad" en un entorno adverso. La valoración de la deuda de Italia y Malta se asemeja a la española, si bien la calidad de la deuda de Portugal persiste en la categoría inferior a las anteriores, "aceptable" o "media" con "cierta sensibilidad" en un contexto "adverso".
Moody's justifica esta ronda de rebajas en la "incertidumbre que se cierne sobre las perspectivas en la eurozona de reformas institucionales en el ámbito económico y fiscal, así como en los recursos disponibles para lidiar con la crisis". Como segundo punto, señala a "las perspectivas macroeconómicas europeas cada vez más débiles" que, apunta, "amenazan la implementación de programas nacionales de austeridad y reformas estructurales necesarias para el impulso de la competitividad".
Por último, Moody's recalca "el alto potencial" de impacto que tendrán estos factores en la "frágil" confianza de los mercados y, por ende, en "las condiciones de financiación para bancos y fondos soberanos golpeados" por la crisis. "Estos factores están minando la solvencia de todos los países soberanos europeos y exacerbando la vulnerabilidad de determinadas naciones a particulares situaciones financieras y macroeconómicas".