El secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez, ha vuelto, una vez más, a recurrir al insulto y a la coacción contra todos aquellos que no comulgan con sus postulados. Y Esperanza Aguirre se ha convertido de nuevo en su principal objetivo.
Aprovechando el anuncio de la Reforma Laboral ha amenazado con una huelga general y ha dicho que la presidenta de la Comunidad de Madrid es una "reliquia cañí del tardofranquismo".
Sin embargo, los insultos de este líder sindical han sido ya noticia en numerosas ocasiones por sus insultos y no ha tenido ningún problema en hacer lo contrario a lo que predica.
El pasado mes de septiembre, Martínez se erigió como el cabecilla de las huelgas contra Esperanza Aguirre en su supuesta defensa de la enseñanza pública. Tras encabezar las críticas y las marchas poco después se conoció que este representante de UGT llevaba a sus propios hijos a un colegio privado.
Otro ejemplo de la verborrea de Martínez se produjo días antes de la última huelga general en 2010. Su obsesión contra Esperanza Aguirre quedó de nuevo de manifiesto y volvió a insultarla. "Pensé que los aquelarres son cosa de brujas y Esperanza hace gala de esos poderes, para que no se sienta insultada, de bruja o profetisa". Sin embargo, durante ese acto, el exaltado líder sindical presumía de que no cumpliría la ley. Así, sobre los servicios mínimos de la huelga decía abiertamente: "no los vamos a cumplir".
Del mismo modo, el mismo día de la huelga general José Ricardo Martínez lanzó una amenaza a todos aquellos que se enfrentaron a los piquetes coactivos y agresivos que pretendían que nadie trabajara. Así, el sindicalista aseguraba que "los tenemos localizados y vamos a intentar que conozcan el desempleo".
Igualmente, una de sus perlas más conocidas fue la que dirigió al exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En un alarde de buena educación, el líder de UGT en Madrid le mandó "a su puta casa" por proponer reducir el gasto.