El Parlamento griego ha aprobado el plan de recortes pactado por el Gobierno griego con la troika –Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea– a cambio del segundo rescate financiero.
Con una cómoda mayoría de 200 votos a favor y 74 en contra (de 300 diputados), Grecia dio luz verde a esta ayuda, necesaria para evitar la bancarrota.
En contra del acuerdo votaron los partidos de izquierdas, tal y como habían anunciado, pero también 11 diputados del socialista PASOK y 9 de ND, que rompieron así la disciplina de voto de las dos formaciones en el gobierno de coalición.
También se abstuvieron otros 9 parlamentarios de PASOK y 1 de ND, igual que el grupo parlamentario de LAOS, la formación ultraderechista que esta semana abandonó el gobierno por desavenencias.
Caos en Atenas
Mientras, la violencia se extiende por Atenas en contra de las nuevas medidas. Desde primera hora de la tarde miles de personas acudieron a la Plaza Syntagma, la Plaza de Omonia y diferentes puntos de la capital hasta bloquear prácticamente todo el centro de Atenas para manifestar su desacuerdo contra el pacto entre el Gobierno y la troika, formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo y la Unión Europea.
Según informó a EFE una fuente policial, más de cien agentes de policía han sido heridos de diversa consideración en los disturbios posteriores. Por otra parte, los medios griegos informaron de 54 hospitalizados, entre civiles y policías.
En total, 48 personas han sido detenidas en los disturbios, según datos policiales, de las cuales se ha presentado cargos contra 23, mientras que el resto está pendiente de una decisión oficial.
Más de una docena de edificios han ardido, entre ellos dos cines y varias sedes bancarias, incluido el edificio central del banco Alphabank. Además, una comisaría de policía fue atacada y un grupo de manifestantes intentó ocupar el Ayuntamiento ateniense.
De acuerdo con el canal heleno de televisión Skaï, las fuerzas de Policía se estaban quedando sin gases lacrimógenos, debido al amplio uso hecho de este medio disuasorio durante una jornada de protestas violentas no vista desde hace mayo de 2008.
La manifestación contra el acuerdo fue una de las más multitudinarias registradas en los últimos meses, con más de 100.000 personas concentradas en diversos puntos de la capital.
Los disturbios comenzaron cuando el cantante Mikis Theodorakis trató de presionar a la Policía para que le permitiesen entrar en el Parlamento, y "sin que mediase provocación", los agentes apostados en torno al hemiciclo comenzaron a lanzar gases lacrimógenos a los concentrados.
Cuando la Policía empezó a lanzar bombas de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, se escucharon miles de gritos de "Cerdos asesinos". Posteriormente, los disturbios se extendieron por las calles adyacentes con cientos de manifestantes enfrentándose a la Policía con cócteles molotov y piedras.