Los sindicatos de izquierdas han reunido dos delegaciones de sus ejecutivas –encabezadas por Méndez y Toxo- para analizar "las medidas que conjuntamente van a realizar" y que comenzarán el próximo martes en Madrid, con una asamblea de delegados sindicales en la que intervendrán los secretarios generales de UGT y CCOO. Antes, este lunes, se reunirán con el Gobierno para hablar de la reforma laboral. Ambos líderes han dicho que ofrecerán al Gobierno que negocie una reforma inacpetable, en su opinón.
Como era previsible, Toxo y Méndez van a movilizar a sus bases el próximo domingo día 19 de febrero por toda España, en lo que calificó como un "clamor contra la reforma laboral". Lejos de convocar una huelga general, habla de manifestaciones en las distintas ciudades de España. Con todo puntualiza que seguirán movilizando a la sociedad, "si nos siguen".
El propio Mariano Rajoy dijo –según captó un micrófono indiscreto- que la reforma laboral le iba a costar una huelga. También hemos podido escuchar cómo De Guindos le decía al comisario Rehn que sería una reforma "extremadamente agresiva". Aunque, de momento, no hay convocatoria de huelga general.
Este viernes el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros una reforma laboral que se puede calificar de histórica. Entre otras cosas, establece el despido objetivo de 20 días, acaba con el de 45, permite el descuelgue de los convenios colectivos y la ultraactividad de los convenios sectoriales y resta, en definitiva, poder a los sindicatos.
En esta situación, los sindicatos UGT y CCOO comparecieron el sábado para dar la "opinión de ambas organizaciones" sobre la reforma laboral enunciada el viernes, y "comentar las actuaciones que vamos a tomar a partir de este momento", aseguró Ignacio Fernández Toxo.
El secretario general de CCOO dijo, en primer lugar, y "para que no quede ninguna sombra de duda", que se trata de una reforma "radical" que responde tan sólo a la "lógica de desmantelamiento progresivo del derecho al trabajo" conseguido a lo largo de los últimos años.
Para Toxo, la reforma "no se justifica ni por el contexto, ni por las formas". El líder sindical aseguró que es una reforma impuesta por "el Fondo Monetario Internacional, el BCE y las cancillerías alemana y francesa, y escrita con las plumas de la CEOE y FEDEA", en la que se revela la "falta de autonomía" del Ejecutivo, salvo en el caso de que el Gobierno de Rajoy se haya convertido en "portavoz de esas instituciones". "Parece que estamos en una democracia vigilada", reprochó Toxo al Gobierno.
Tras desgranar algunos de los aspectos que considera más reprochables de la reforma, Toxo se preguntó "qué piensa la CEOE" de una reforma que "irrumpe como elefante en cacharrería en la negociación colectiva, yendo más allá en materia de inaplicación y descuelgue".
Muy serio y pausadamente explicó que la reforma "da la llave de la caja de la Seguridad Social" a las empresas para que la utilicen a su conveniencia. Toxo consideró la paradoja de que un Gobierno que se proclama a sí mismo "no intervencionista y liberal", es el que finalmente ha realizado una intervención "radical".
"Ya ni tan siquiera recurren a justificaciones como las que estábamos habituados a escuchar, aquello de que reducirá sustancialmente el desempleo", reprochó Toxo al Gobierno. "Se reconoce abiertamente que el empleo lo genera la economía, que está en la situación en la que se encuentra". Ambas organizaciones estiman, ese punto, que la reforma ahonda en la recesión y no contribuirá a "crear empleo".
Ignacio Fernández Toxo ha dicho que, en materia de desempleo, la reforma "tiene un tufo que da miedo", y que instalará "prácticas que, en este país, solo se utilizaban para los reos". El líder de CCOO considera que la reforma pretende vaciar las listas del desempleo de aquellas personas que perciben prestaciones, para reducir el coste del mismo en España. El sindicalista señala que ésto puede generar un daño colateral tremendo, "sobre todo, para las 2 millones de personas que no reciben ninguna prestación".
Movilizaciones para el día 19
Fernández Toxo se ha preguntado qué empresario va a reincorporar a una persona despedida de forma improcedente, y agrega que la reforma limita derechos, no ofreciendo ninguna "posición de ventaja para la gente". El secretario general de CCOO ha dicho que la reforma laboral merece "el máximo reproche", y que por ello, los sindicatos "ponemos en marcha un proceso de movilización ascendiente, creciente", y ha anunciado manifestaciones para el día 19, con las que "pretendemos que las calles de España sean un clamor contra la reforma laboral". "Tenemos que sacar gente a la calle", ha agregado antes de matizar, que eso será así "si nos siguen".
Respecto a la reunión que los sindicatos tendrán el lunes con la ministra Báñez, Toxo ha dicho que "el Gobierno tiene una oportunidad de abrir un proceso de negociación" antes de la aprobación del Real Decreto "para corregir los defectos de la reforma".
Méndez: "Un atropello garrafal"
Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha iniciado su comparecencia mostrando su "coincidencia total" con Toxo. Ha dicho que la reforma laboral supone un "atropello garrafal" al derecho de información de los sindicatos, y ha denunciado que se enteraron del contenido de la reforma mediante "una llamada telefónica de la ministra de Empleo el mismo viernes". El líder sindicalista ha dicho que el debate ha sido "unilateral, un monólogo".
Méndez ha señalado que el Gobierno ha tomado esta decisión "como si España fuera un país intervenido", y ha dicho que el ejecutivo se encuentra subordinado, sin ningún tipo de autonomía, "a lo que demanda la troika". Según el secretario general de UGT, la reforma "parte de un error deliberado de diagnóstico", debido a que ignora por qué, en España, la crisis se ha traducido en una destrucción tan brutal de empleo.
Méndez ha dicho que la reforma se ha hecho con una "plantilla ideológica ultraliberal", y ha agregado que "la realidad, el veredicto del tiempo, va a contradecir los objetivos que el Gobierno plantea". El ugetista señala que la reforma "ni es útil ni es equilibrada", debido a que, por un lado, no hay seguridad para los trabajadores pero sí mucha "flexibilidad perversa" para las empresas. El sindicalista ha diferenciado la flexibilidad externa de la interna.
"Esta reforma, en sus consecuencias prácticas, es la del despido único. Si un trabajador va a cobrar 45 o 33 días, es una discusión virtual. La tendencia, en la práctica, va a desembocar en 20 días", ha agregado.
El líder de UGT acudió, una vez más, a la retórica de la lucha de clases y dijo que la reforma redundará en el "empobrecimiento general" de España, haciendo a los ricos más ricos y que aumentará el número de pobres destruyendo las clases medias. El Gobierno ha contado con una aliada, "la preocupación de la sociedad". Para Toxo, hay "gente de buena voluntad que cree que paulatinamente van a desaparecer las colas del paro en beneficio de colas de empresarios que van a las ETT para buscar gente".
No obstante, advirtió, "los buenos titulares de hoy se pueden convertirse en malas noticias" en el medio plazo.
De modo que la convocatoria del 19 de febrero supone, dijo Méndez, una "respuesta medida" que responde a la necesidad de "dar un cauce" a quienes "coincidan con nuestra posición de rechazo, y también con cualquier otra alternativa distinta a un camino que no va a resolver ningún problema, sino que va a agravar la situación".
Méndez, ya en el turno de preguntas, concluyó el acto resumiendo lo que para los sindicatos es la reforma, es decir, "un cambio de escenario a la hora de dar más seguridad" a los trabajadores. Si antes, dijo, "se propiciaba la búsqueda de acuerdos, ante las reconversiones o situaciones de crisis", ahora simplemente se "amplían los escenarios de tensión y confrontación". Se trata, dijo, del "peor de los escenarios en una situación muy mala".
¿Y la huelga general?
Los periodistas también preguntaron a los líderes sindicales si van a convocar o no una huelga general, si está entre sus planes o si amenazarán al Gobierno con ella.
En este sentido, tanto Fernández Toxo como Cándido Méndez han dejado ver cierta inseguridad y temor a la convocatoria de una huelga para la que, da la sensación, se ven sin muchos apoyos. De momento se han limitado a señalar que el lunes hablarán con el Gobierno y le pedirán que negocie la reforma laboral para eliminar todo lo que no les gusta. De no hacerlo, insisten, tendrán que llevar a cabo una labor de "pedagogía" e "informar a los ciudadanos" de la situación porque "al grito de reforma laboral hay quien honestamente piensa que es la solución".
Y, por su parte, Toxo se limitaba a repetir en varias ocasiones que "nosotros no vamos a aceptar que sea el presidente del Gobierno que ponga la fecha que más le convenga para una huelga general en España."
"Hay que hacer un esfuerzo muy serio para demostrar que hay otra forma de hacer las cosas", aseguró Toxo, para después esgrimir que las centrales deben "remover" las conciencias para que el rechazo a la reforma se quede en un "movimiento explosivo". "Hay que motivar a la ciudadanía", emplazó, y añadió: "Lo que no va a ocurrir es que la huelga general la convoque el presidente del Gobierno".