El Gobierno de Grecia ha aprobado este viernes por la noche el texto por el cual se concretarán las reformas que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían exigido al país a cambio de conceder el segundo plan de rescate, de 130.000 millones de euros.
Uno de los ministros que participó en estas discusiones ha confirmado al término del encuentro que el nuevo plan de reformas está "aprobado". Ahora, el texto será presentado ante el Parlamento para su voto el domingo.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, identificó ayer tres condiciones para la concesión de las ayudas: que el Parlamento griego haya ratificado previamente el plan de ajuste, que el Gobierno griego identifique ajustes adicionales por valor de 325 millones de euros para 2012 y que los líderes políticos helenos aporten "garantías sólidas" de que aplicarán los ajustes sea quien sea quien gobierne.
Las negociaciones en Atenas sobre las reformas se han enmarcado en una nueva ola de protestas sociales y han generado abiertas disputas en el seno del Ejecutivo, provocando incluso la dimisión de varios de sus integrantes.
"No podemos permitir que Grecia entre en bancarrota", ha advertido el primer ministro, Lucas Papademos, durante la reunión del gabinete, en la cual ha marcado como "prioridad" hacer "lo que sea" para aprobar el plan de ayudas internacionales. Según los cálculos establecidos, el país podría llegar a quebrar el próximo 20 de marzo si para entonces no consigue fondos suficientes con los que abonar 14.500 millones de euros.
"Quien no esté de acuerdo y no respalde este nuevo programa no puede seguir en el Gobierno", ha subrayado, después de seis dimisiones en cadena de personas que consideran excesivos los recortes puestos sobre la mesa. Papademos ha alegado que cualquier alternativa a las reformas sería mucho peor e incluso ha mencionado la palabra "catástrofe" hasta en cuatro ocasiones para advertir de las consecuencias de no llegar a un consenso.
Aritmética de partidos
Georgios Karatzaferis, presidente de la Concentración Popular Ortodoxa (LAOS), un partido de extrema derecha, ha dicho este viernes que no puede apoyar con su voto el acuerdo porque conlleva fuertes recortes en sueldos, pensiones y puestos de trabajo. "He explicado a los demás líderes políticos que no puedo votar a favor de este acuerdo de préstamo", ha declarado. "Nos han quitado nuestra dignidad, hemos sido humillados. No puedo aceptarlo, no voy a permitirlo", ha añadido.
LAOS ocupa quince de los 300 escaños del Parlamento, lo que significa que su apoyo no es imprescindible para aprobar el acuerdo sobre el paquete de rescate
Sin embargo, ante esta pérdida de apoyo, Panos Belitis, portavoz del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), ha emitido un comunicado en el que ha pedido a los diputados que respalden el paquete de rescate. "En las cruciales votaciones parlamentarias que tenemos por delante, el interés nacional requiere una actitud responsable y el voto favorable de todos los diputados para que el país pueda salir de la crisis de forma segura", ha señalado.