La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha realizado una exposición muy somera de la reforma laboral que el Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes. Se ha limitado a decir que aprobará una reforma laboral "completa y equilibrada", que tendrá como principales objetivos frenar "a corto plazo" la destrucción de empleo, generar trabajo estable y la introducción de mecanismos "efectivos" de flexilibilidad interna para que el despido sea la última opción.
Sin embargo, durante su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados, ha descartado dos medidas concretas esbozadas tanto por la patronal CEOE como por diversos economistas. Por un lado, ha rechazado la introducción de un contrato único por ser "inconstitucional" y, por otro, los llamados mini-jobs.
En concreto, ha señalado que "no va a haber un contrato único en la reforma laboral porque es inconstitucional", ya que en España el despido es causal y porque también lo impiden los compromisos de España con la normativa y la carta de los derechos fundamentales de la UE, así como con lo que dicta la Organización Internacional del trabajo (OIT). Más aún, la ministra de Empleo ha dejado claro que este contrato, una de las reclamaciones de la CEOE, "permite arbitrariedad del empleador".
Asimismo, se ha opuesto a que, en línea con los mini-jobs, un joven pueda trabajar a jornada completa por 400 euros, porque en esas condiciones no se puede cobrar menos del salario mínimo interprofesional, situado en 641 euros al mes. Si bien se ha mostrado a favor de que los jóvenes tengan "contratos de varias horas de forma estable con sueldos razonables". "Por eso vamos a trabajar en el contrato estable a tiempo parcial. Tenemos figuras que no funcionan y no vamos a cambiar la legislación para hacer más precarios los contratos de los jóvenes", ha añadido.
Antes de cerrar este capítulo, Báñez ha añadido que "el Gobierno no va a recortar las prestaciones por desempleo", como ya anunció esta semana la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo.
Lucha contra el fraude
La ministra también repasó por encima otros de los objetivos de la reforma: reconocer la formación como derecho de los trabajadores, "reordenar" las políticas de bonificaciones a la contratación indefinida y mejorar la intermediación laboral. Además, la ministra de Empleo ha avanzado medidas de conciliación con "horarios de trabajo más racionales" y planes específicos de reinserción laboral.
Por otro lado, la ministra ha anunciado un "exigente plan" de lucha contra el fraude en el cobro de prestaciones por desempleo". Dicho plan introducirá medidas adicionales de control que, según Báñez, ya se están estudiando en su departamento.
Asimismo, Empleo tiene previsto aprobar a finales de marzo, en conferencia sectorial, el plan de empleo de 2012 para reducir el empleo juvenil, en cuyo marco se evaluará la eficacia de las políticas activas de empleo.
Otra de las estrategias esgrimidas por Báñez ha sido la mejora de la "eficacia" gestión pública de las políticas de empleo desde la austeridad, y en esa línea ha anunciado que el Ministerio de Empleo ha reducido en un 23% su estructura administrativa.
Ampliar el diálogo social
Por último, tras calificar de "histórico" el acuerdo sobre moderación salarial alcanzado por los agentes sociales para 2012-2014, Báñez ha avanzado que su intención es "profundizar y ampliar los márgenes" el diálogo social más allá del "grupo tradicional" (Gobierno, patronal y sindicatos), pero sin concretar nada más. Dicho esto, Báñez ha confiado en que el diálogo social sea "fluido y fructífero", aunque ha advertido de que "para que sirva a los intereses generales es necesario el liderazgo político del Gobierno".
Apoyo a autónomos y pymes
Por otro lado, Báñez ha hecho un guiño a los autónomos y las pymes y ha confirmado que el Gobierno aprobará el primer trimestre el anteproyecto de Ley de Emprendedores, que incluirá incentivos fiscales y reducción de trabas administrativas, entre otras.
Por último, Báñez ha asegurado que el Gobierno "echará muchas horas de trabajo y de empeño" manteniendo un diálogo abierto con los agentes sociales y con los partidos políticos para conjurar el "desánimo y el pesimismo" reinante actualmente en España.