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De Guindos adelanta el calendario para la nueva banca española

El Gobierno acelera el esquema seguido hasta ahora por el Banco de España. El coste, 50.000 millones; la fecha límite, el 30 de mayo.

Luis de Guindos ha presentado este jueves en Madrid, en una rueda de prensa en el Ministerio de Economía, la esperada reforma del sistema financiero español. Las entidades tendrán que aumentar las provisiones en 50.000 millones en un año. Por otro lado, el Frob aumentará sus recursos desde los actuales 9.000 millones hasta los 15.000 millones (lo que llevará su capacidad de financiación hasta los 105.000 millones). El ministro ha asegurado que la intención del Gobierno es impulsar "un proceso de fusiones bancarias".

Las dos claves de la reforma financiera que ha presentado De Guindos son "saneamiento" y "fusiones". De esta manera, el Gobierno exigirá a bancos y cajas que pongan a la vista su exposición al ladrillo y que acometan un importante y complicado proceso de aumento de las provisiones. Evidentemente, muchas entidades no podrán soportar la medicina recetada por De Guindos y tendrán que buscar socios más fuertes, con los que afrontar el proceso. El resultado esperado: un sector financiero más fiable, con las cuentas limpias y más concentrado. De rebote, el ministro ha asegurado que "La reforma financiera traerá pisos a precios más reducidos".

Saneamiento del ladrillo

La primera parte del plan consiste en el "saneamiento de los activos inmobiliarios". Lo primero es conseguir poner los activos a precios de mercado, esto es, sacar a la luz lo que hay oculto en los balances de las entidades. Para ello, se va a exigir al conjunto del sistema financiero nuevas provisiones y dotaciones de capital por valor de 50.000 millones de euros (hay que recordar que entre 2008 y 2011 este concepto ya se ha comido 66.000 millones).

La fecha límite para realizar estas operaciones de saneamiento será el 31 de diciembre de 2012.

  • 25.000 millones llegarán a través de una provisión específica con cargo a resultados.
  • Un "colchón de capital" de unos 15.000 millones (cada entidad tendrá que poner un 20% del suelo y el 15% de la promoción en curso en su cartera). Este colchón de capital se realizará con cargo a beneficios no distribuidos, ampliación de capital o conversión de híbridos.
  • Para los activos del ladrillo no problemático el Gobierno exige una provisión genérica del 7%. Sumará unos 10.000 millones.
  • Tras todas estas operaciones contables, la cobertura del suelo pasará a estar en el entorno del 80% (desde el 31% actual); la de la promoción en curso al 65% (desde el 27%); y la del resto de activos problemáticos en el 35%.

En teoría, tras todo este proceso, lo lógico es que se produzca un auténtico diluvio de ofertas inmobiliarias por parte de los bancos. Ése es uno de los objetivos del Gobierno. Hasta ahora, las entidades no sacaban sus pisos a la venta, porque el precio de mercado era menor que el que figuraba en su balance (normalmente el de tasación). Por lo tanto, si vendían una vivienda, tenían que anotar la pérdida correspondiente en sus cuentas, algo que han intentado evitar. Ahora, el Gobierno les obliga a provisionar esta pérdida. Por eso, lo más lógico es que intenten deshacerse de todos estos activos. Si todas las entidades hacen esto a la vez, el impacto sobre el mercado de la vivienda podría ser brutal: caída de precios y muchísima más oferta.

Fusiones

Por otro lado, el Gobierno hace una apuesta decidida por un proceso de fusiones que debería suponer una completa reorganización del sector. De esta manera, las entidades que no puedan cumplir con las condiciones expuestas arriba o que queden en una situación de extrema debilidad tendrán que buscar socios con los que afrontar la nueva situación.

Los bancos y cajas que quieran acogerse a este proceso deberán presentar, antes del 30 de mayo, un plan de viabilidad que incluya compromisos de ampliación del crédito. Posteriormente, el Gobierno tendrá un mes para resolver estas solicitudes. Esto quiere decir que antes de verano debería estar listo el nuevo mapa de la banca española.

Eso sí, las entidades que se acojan a estos procesos de fusiones tendrán dos años en vez de uno para realizar los saneamientos de los que hablábamos en el primer epígrafe y podrán cargar el deterioro de los activos contra patrimonio. Además, el Frob podrá echarles una mano a través de préstamos con forma de bonos convertibles contingentes.

El Frob y los 'cocos'

La tercera clave de la reforma hace referencia al papel del Frob y en el de esos nuevos bonos que el ministro ha bautizado como cocos. El Fondo ampliará su capital de 9.000 a 15.000 millones, aunque mantiene en 90.000 millones el límite actual de endeudamiento (con la consecuente mejora de la relación recursos propios / recursos ajenos).

De Guindos ha asegurado que no habrá "dinero público" para las entidades, aunque es difícil de mantener esta afirmación. El propio ministro ha admitido que esa ampliación de capital de 9.000 a 15.000 millones tendrá que hacerse con deuda pública. Una vez adquirido por el Tesoro este nuevo capital, lo pondrá a disposición de los bancos en proceso de fusión. Serán préstamos en forma de bonos convertibles: es decir, la entidad recibe el dinero, sanea sus cuentas y luego lo va devolviendo poco a poco al Frob. Eso sí, en el caso de que no pudiera pagar el crédito, se convertiría en acciones (de ahí su nombre) y el Estado entraría al capital de la entidad, algo que De Guindos ha dicho que por ahora no se plantea.

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