En España, la Administración solo maneja una forma de actuación: el ordeno y mando. Los ciudadanos no tienen ningún control sobre sus pensiones, la educación de sus hijos o sus servicios sanitarios
Como se ve, en el eurosistema se vuelve a este planteamiento y España se encuentra inmersa en él. Salirse de esa realidad sería, literalmente, una catástrofe segura.
El pensamiento único busca siempre enfrentar. Un conflicto clásico es entre ricos y pobres. Ahora lo han refinado: es entre el 0,1% más rico y el resto, la mayoría que está excluida... bueno, por definición, porque no está en ese ominoso 0,1%.
Cada aumento de precios provoca un aumento de salarios que, a su vez, provoca un aumento de precios. Es decir, lo que se consigue es una simple espiral inflacionista y una reducción del poder adquisitivo.