El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha empeorado drásticamente su previsión de déficit para España en 2012 y 2013 hasta el 6,8% y el 6,3%, respectivamente. Hay que recordar que los objetivos de déficit establecidos desde Bruselas son del 4,4% para este año y del 3% para el que viene.
De esta manera, la organización presidida por Christine Lagarde ha revisado fuertemente al alza sus previsiones respecto a la edición de septiembre de su informe Fiscal Monitor. Concretamente, el cambio ha sido de 1,7 puntos porcentuales para 2012 y en 1,9 puntos porcentuales para 2013. De esta manera, la economía española es la que ha visto empeorada en mayor medida sus cifras para estos dos años de todas las analizadas por el Fondo.
Asimismo, la institución ha actualizado su estimación sobre el déficit que ha registrado la economía española en 2011, elevándolo desde el 6,2% hasta el 8%, cifra que está en consonancia con la que prevé el Gobierno del Partido Popular surgido de las elecciones generales del 20 de noviembre.
Polémica en el Gobierno
Esta noticia llega en un momento especialmente incómodo para el Gobierno, que se ha visto involucrado en una fuerte polémica sobre esta cuestión en los últimos días. Todo comenzó el domingo, cuando Cristóbal Montoro deslizó que el Ejecutivo pediría a Bruselas que fijara un nuevo objetivo de déficit, algo más alto que ese 4,4% que está fijado desde hace más de un año.
Luis de Guindos matizó a su compañero unas horas después, al asegurar que el Gobierno no se planteaba en estos momentos retrasar el cumplimiento de sus objetivos de déficit. Y para liarlo todo un poco más, Mariano Rajoy utilizó la reunión del Comité Ejecutivo del PP, para asegurar que el compromiso de España con el objetivo de déficit es "irrenunciable", pero sin atarse a ninguna cifra. Es decir, que se cumplirá con el nivel máximo establecido con Bruselas, pero se intentará que ese nivel sea bastante más elevado del actual 4,4%.
Esto iría en la línea de lo anunciado este martes por el FMI. De hecho, poco después de presentar su informe, el organismo admitió que ve factible elevar el objetivo de déficit para España en 2012 a consecuencia del crecimiento más lento.
Deuda y reformas
En esta misma línea, el FMI ha revisado al alza en 2,6 puntos porcentuales su previsión de deuda respecto al Producto Interior Bruto (PIB) para 2011, que ascenderá hasta el 70,1%, en comparación con el informe de septiembre. Sin embargo, este deterioro será aún mayor en los dos ejercicios posteriores, ya que ha empeorado sus estimaciones en 7,9 puntos porcentuales para 2012, hasta el 78,1%, y en 11,2 puntos porcentuales para 2013, hasta el 84%.
Pese a esta revisión al alza de sus previsiones de déficit, el FMI destaca que España, como otras muchas economías avanzadas, ha aprobado ya nuevas medidas para lograr alcanzar sus objetivos de déficit. Así, subraya el primer paquete de medidas adoptado por el nuevo Gobierno español, que equivale al 1,1% del PIB, incluye recortes del gasto e incrementos temporales de impuestos a los ingresos, el capital y las viviendas de mayor valor, pero también supone un limitado incremento del gasto social y fiscal, como son las deducciones por vivienda.
Dos años de recesión
España permanecerá en recesión al menos durante este año y el próximo, según refleja la actualización de las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicada este martes y que augura el desplome de la actividad económica española en 2012, cuando el PIB sufrirá una contracción del 1,7%, mientras que en 2013 el retroceso previsto de la economía será del 0,3%.
De este modo, España sufre el mayor empeoramiento de las expectativas por parte del FMI, ya que las anteriores previsiones de la institución dirigida por Christine Lagarde contemplaban un crecimiento del 1,1% en 2012 y del 1,8% en 2013, convirtiéndose así junto a Italia en las únicas grandes economías rezagadas en la recuperación prevista por el FMI para 2013.
Consolidación y crecimiento
En su informe, el FMI asegura que continuar con los ajustes es necesario para la sostenibilidad de la deuda en el medio plazo, pero defiende que lo ideal es que sea realizado a un ritmo que respalde el crecimiento "adecuado" de la producción y el empleo. "Dado el gran ajuste que ya está en marcha este año, los gobiernos deberían evitar responder a cualquier caída inesperada del crecimiento ajustando aún más sus políticas, y deberían en cambio permitir que operen los estabilizadores automáticos, siempre y cuando haya financiación disponible y lo permitan las dudas sobre la sostenibilidad", sugiere.
Asimismo, el FMI también incidió en la necesidad de que los ajustes estén respaldados por la disponibilidad de una financiación adecuada fuera de los mercados, como debe ocurrir en la eurozona, cuando la confianza del mercado tarde en responder las reformas. "Un mayor ajuste durante una caída podría exacerbar más que aliviar las tensiones en los mercados a través de su impacto negativo en el crecimiento", añadió.