La reciente subida de impuestos del Gobierno de Mariano Rajoy ha despertado numerosas críticas por muy diferentes razones. Una de ellas es que, con el "recargo solidario", los tipos impositivos del IRPF español han pasado a situarse entre los más altos de Europa. Pero, ¿hasta qué punto es cierta esta afirmación? El último informe del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana, dirigido por Juan Ramón Rallo, colaborador de Libertad Digital y esRadio, trata de responder a esta cuestión.
Las conclusiones alcanzadas en este trabajo, titulado España: en la cola del paro y a la cabeza de impuestos, muestran cómo la brutal subida fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy ha situado los tipos impositivos del IRPF entre los más elevados de toda Europa, superior al de los países más ricos y equiparable al de las socialdemocracias nórdicas.
Advierte el informe, sin embargo, que la combinación de tipos impositivos altos con niveles de renta comparativamente más bajos provocará que la capacidad recaudatoria sea bastante modesta, dando como resultado que los altos gravámenes sólo se emplearán en mantener un "Estado sobredimensionado" y propio de la burbuja crediticia.
El estudio realizado por el think tank español demuestra que la vía para sanear el déficit no debería ser la de incrementar los impuestos sino, únicamente, la de reducir el gasto público. El problema de las finanzas de las Administraciones Públicas, afirma, no es el de ingresos fiscales insuficientes sino el de un gasto desorbitado y alimentado por la burbuja crediticia.
Como consecuencia de lo anterior, el informe advierte de que la subida fiscal retrasará la recuperación de la economía privada, que sí ha realizado su particular ajuste, obstaculizando el consumo, dificultado la captación del ahorro (interior y exterior) y la inversión, y asfixiando aun más a la clase media, que soportará el 85% del incremento impositivo.
El IRPF español en el contexto internacional
En la primera parte del estudio, se compara internacionalmente los tipos impositivos de nuestro Impuesto sobre la Renta. Así, tras la sustancial subida fiscal del Gobierno, el tipo marginal máximo del IRPF español es el tercero más elevado de Europa (sólo por detrás de Suecia y Bélgica). Todavía más alto para el caso de las Comunidades Autónomas de Cataluña (56%), Asturias (55,5%), Andalucía, Extremadura y Cantabria (55%) o Comunidad Valencia (54%), que son solamente superadas por Suecia.
Además, de acuerdo con dicho análisis, España ostenta el dudoso honor de ser el país grande con los tipos impositivos del IRPF en la escala general más elevados para todos los tramos del impuesto (en el gráfico adjunto se han homogeneizado los tramos y simplificado los tipos para poder efectuar la comparación):
Tipos impositivos de la base general del IRPF para 2012 en Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España después de la subida de impuestos de España
Fuente: Eurostat. Comisión Europea: Taxes in Europe – Tax reforms database y Taxation trends in the European Union 2011.
Lo mismo ocurre comparando los tipos impositivos de nuestro IRPF con el de las socialdemocracias nórdicas, que ahora serán más altos que los aplicados en Noruega, y equiparables a los de Finlandia y Suecia (a la que en algunos tramos llegamos a superar) cuando, sin embargo, los servicios públicos que recibimos son notablemente inferiores. Alejándonos de Europa, el informe también destaca que los tipos impositivos del IRPF español se encuentran a una distancia sideral de los aplicados en países tan importantes como EEUU o con economías tan abiertas como Singapur.
Por lo que se refiere a la tributación sobre el ahorro, con el golpe fiscal al ahorro perpetrado por el Gobierno, España deja de tener unos tipos impositivos competitivos para pasar a equipararse a los de Reino Unido y Alemania, y ligeramente inferiores a los de los países nórdicos, economías que de por sí ya son más ricas y atractivas que la nuestra para atraer el ahorro y la inversión, hecho notablemente perjudicial por cuanto es ahora cuando más necesitamos atraer el ahorro interior y exterior para poder iniciar la recuperación.
Por consiguiente, la subida fiscal del Gobierno resta enormemente atractivo fiscal a España, que verá empeorar el consumo y la inversión. Además, teniendo en cuenta que la renta per cápita nacional es notablemente inferior, el incremento de recaudación será más que limitada (un 0,6% en estimaciones del propio Gobierno), y será soportada en un 85% por la clase media (rentas de hasta 120.000 euros). Como advierte el informe, los elevados tipos impositivos sólo servirán para mantener un "Estado sobredimensionado e ineficiente".
Déficit público, un problema de excesivo gasto estatal
Con todos estos efectos perniciosos de la subida impositiva, el estudio se pregunta si realmente era inevitable tal incremento para acabar con el déficit público. La respuesta es clara: el problema del déficit no son unos ingresos fiscales insuficientes sino un gasto público excesivo y, por ello, la solución al problema viene por reducir drástica, y únicamente, dicho gasto.
De hecho, uno de los principales problemas a los que apunta el informe es que el Gobierno consolidó unos niveles de gasto público en la última década sobre la base de unos ingresos fiscales extraordinarios y no recurrentes que provenían de la burbuja crediticia, y que con la crisis se vinieron abajo. No es casualidad que quienes más incrementaran el gasto público entre 2001 y 2007 fueran Irlanda, Grecia y España, y los que más vieron caer la recaudación con la crisis fueron Irlanda y España.
También recoge una interesante ficción presupuestaria según la cual, si nuestro gasto público hubiera seguido la misma evolución que el alemán desde 2001, aun gastando lo mismo que gastamos durante la crisis, a fecha de hoy contaríamos con un envidiable superávit presupuestario.
Saldo presupuestario español en caso de haber incrementado el gasto público al mismo ritmo que Alemania entre 2001 y 2007
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Fondo Monetario Internacional.
Contra el argumento de no incrementar los impuestos y únicamente reducir el gasto público, no son pocos los que arguyen que, en realidad, los españoles disfrutamos de una presión fiscal baja en comparación con el resto de países europeos. Sin embargo, el informe aconseja realizar ciertas matizaciones al respecto.
Primero, la presión fiscal (recaudación/PIB) no es un buen indicador en épocas de auge económico o recesiones que no han llegado a tocar fondo. En ambos casos, el PIB es artificialmente alto o es susceptible de reducirse todavía más a corto o medio plazo, por lo que los resultados de este indicador ofrecen una visión sesgada del peso relativo del sector público, aunque no variara el nivel del gasto público total.
Segundo, independientemente del peso relativo del sector público, dos cosas son ciertas en estos momentos de recesión: la necesidad de sanear las finanzas públicas y la necesidad de favorecer la recuperación del sector privado. Ante estos dos claros objetivos, sólo cabe la reducción del gasto público, puesto que incrementando los ingresos fiscales todavía se impone más peso a un sector privado que lucha por reflotar.
Finalmente, el texto llama la atención en que si se quieren realizar comparativas internacionales de ingresos y gastos públicos, es necesario corregir ambos indicadores a través de un parámetro -la renta per cápita- que permita efectuar comparaciones homogéneas entre países con distinto nivel de desarrollo: el esfuerzo fiscal y el esfuerzo de sostenibilidad del gasto público.
Los resultados mostrados respecto a estos indicadores irían en consonancia con el resto de conclusiones ofrecidas: el esfuerzo fiscal de los españoles está en la media de la Eurozona pero el esfuerzo para sostener el gasto público está notablemente por encima. Es decir, "no es que el esfuerzo fiscal sea demasiado bajo, es que el esfuerzo de sostenibilidad del gasto público es demasiado elevado con respecto a Europa", por lo que se hace imperativo no subir impuestos y sí reducir el gasto público.
Esfuerzo fiscal para el sostenimiento del gasto público en la Eurozona
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, como señala el informe, Mariano Rajoy ha optado por el camino fácil para el Gobierno -subir impuestos- a costa de exprimir un poco más a los contribuyentes, en lugar de aplicar a un sobredimensionado Estado un ajuste que sí ha realizado dolorosamente la economía privada.