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imposiciones a plazo fijo

Contratar un depósito y que el director no te venda otra cosa

Son uno de los productos de ahorro más sencillos y con mejor relación seguridad-rentabilidad que ofrecen las entidades financieras

Las IPF (Imposiciones a plazo fijo) o depósitos a plazo fijo son uno de los productos de ahorro más sencillos y con mejor relación seguridad-rentabilidad que ofrecen las entidades financieras. Definamos primero qué es exactamente un depósito bancario:

Depósito es la acción mediante la cual una persona física o jurídica deja en una institución financiera, para su custodia y administración, una serie de valores.

Como operación bancaria, un depósito consiste en entregar dinero al banco a cambio de intereses. El cliente puede retirar o utilizar su dinero de acuerdo a las condiciones estipuladas con la institución. Si se trata de un depósito a plazo fijo, deberá aguardar a la finalización del periodo antes de retirar el dinero.

Como contraprestación a los depósitos los bancos le brindan al interesado intereses a la tasa pasiva (que es menor a la activa, que es la que cobran por préstamos y créditos otorgados por los bancos a los clientes).

Existen varias clases de depósitos:

  • Depósitos a plazo fijo normales, que nos va a dar una rentabilidad fija durante un período determinado.
  • Depósitos regalo: cuando en lugar de darnos la rentabilidad en dinero se nos paga en especie (con la entrega de un objeto denominado regalo).
  • Depósitos mixtos o combinados, en que una parte del dinero se invierte en un plazo fijo normal y el resto en un depósito referenciado o un fondo de inversión (u otro tipo de producto). El capital está garantizado, pero la rentabilidad puede variar según la evolución del mercado.
  • Depósitos referenciados, cuya rentabilidad depende totalmente de un índice, sea el IBEX 35 o cualquier otro. Es una forma de tener el dinero asegurado e invertir en renta variable.
  • Depósitos en divisas: tiene un plazo fijo normal, pero el dinero está en una divisa diferente al euro, como puede ser el dólar.

Hay que asegurarse de que el depósito está garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos, ya que hay productos, como los bonos estructurados (los más famosos fueron los emitidos por Lehman Brothers y vendidos por nuestros bancos), que no son depósitos y no están garantizados.

Las entidades siempre intentarán hacer más visibles las características positivas de estos depósitos, por eso es fundamental contrastar estos productos con un comparadores de depósitos como el de iAhorro.com y Libertad Digital.

Las condiciones de los depósitos a tener en para contratar uno que se adapte a nuestras preferencias son:

1. La remuneración o intereses, que puede ser anticipada, cada un tiempo o a la finalización.

2. La forma de la remuneración, que puede ser en efectivo o en especie. Debemos tener en cuenta que esta última forma de remuneración también tributa por IRPF, es decir, que pueden darse casos en que acabamos pagando dinero por el "regalo".

3. El periodo de pago de los intereses y el vencimiento del depósito: hay depósitos con vencimiento a varios meses o varios años y con pago de intereses periódicos o a vencimiento.

4. La tributación: hay que tener en cuenta que, con los cambios aplicados para 2012 y 2013 -gravamen de emergencia para paliar el déficit fiscal-, ha quedado de la siguiente manera:

  • 21% para las ganancias de hasta 6.000€
  • 25% para el tramo que va desde los 6.000€ hasta los 24.000€
  • 27% para rendimientos de más de 24.000€. Dicha cantidad es retenida por la entidad financiera, como retención a cuenta.

5.- La TAE, es la Tasa Anual Efectiva, es el tipo de interés que incluye los gastos y comisiones y que hace comparable los distintos productos financieros.

6.- La comisión por cancelación anticipada, que puede ser total o parcial y con penalización o no. Si no se permiten cancelaciones parciales o sólo se permiten con penalizaciones, es conveniente abrir varios depósitos con vencimientos distribuidos en el tiempo a fin de poder recuperar la cantidad de podamos necesitar.

7.- Las comisiones de la cuenta corriente vinculada, que son las que reducen la rentabilidad del producto; pueden ser por la apertura y mantenimiento de la cuenta, además de las posibles comisiones de cancelación.

8.- Las promociones: generalmente sólo para nuevos clientes y nuevos ingresos de dinero.

9.- Las vinculaciones: existen casos en el que el depósito no tiene comisiones pero al obligarte a contratar una cuenta vinculada, fondos de inversión o tarjetas de crédito, sí que pueden existir.

Normalmente, cuando tenemos la intención de contratar un depósito bancario, sólo miramos la rentabilidad, o sea los intereses que nos van a pagar, sin fijarnos en los otros puntos y letras pequeñas que igualmente son importantes y quizás hagan que la rentabilidad esperada no sea la calculada.

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