En el gabinete presidencial admitían que era una auténtica prueba de fuego, y de ahí que una vez el Tesoro colocara el doble de la deuda prevista, y a menos coste, más de uno suspirara en la Moncloa. Más aún, las primeras palabras fueron de "satisfacción" y "alegría". "Es un claro respaldo, un espaldarazo a las políticas emprendidas”, tradujeron fuentes de la Secretaría de Estado de Comunicación, que vieron en la primera subasta de bonos del año "un signo positivo" tras las críticas, políticas y públicas, por la subida impositiva.
El "rigor" de Mariano Rajoy, sumado a que "no le haya temblado la mano", ha conseguido un "efecto calmante", añaden desde la administración. Y de ahí que la prima de riesgo –el indicador fundamental para Rajoy- se haya rebajado hasta los niveles de los 330 puntos básicos.
"Con franqueza, estamos contentos", remató un alto cargo del Ejecutivo. El gabinete de Rajoy esperaba una buena acogida, "pero no hasta estos extremos", por lo que ahora esperan que la opinión pública empiece a entender las medidas de ajuste emprendidas.